La tragedia que envolvió al Conjunto Residencial San Sebastián en Manizales continúa revelando detalles escalofriantes. El silencio que reinaba tras el terrible filicidio perpetrado por Silvana Torres contra su hija de dos años, Antonella, se ha roto gracias al testimonio de Magola Valencia, amiga y vecina de la joven madre, en el podcast "Más Allá del Silencio". Su relato nos permite reconstruir los momentos de horror vividos aquel fatídico sábado 26 de julio, y arroja luz sobre la furia contenida de una comunidad al borde del linchamiento.

Según el estremecedor testimonio de Valencia, Silvana aprovechó la ausencia de su madre, quien se encontraba visitando a una hermana, para encerrarse con la pequeña Antonella. Tras asegurar la puerta, la joven de 19 años tomó un cuchillo de la cocina y cometió el acto inimaginable: degollar a su propia hija. Posteriormente, intentó acabar con su vida utilizando la misma arma, pero no lo consiguió. Los gritos desgarradores de ambas alertaron a la madre de Silvana, quien, al regresar al apartamento, se encontró con una escena dantesca que la sumió en un estado de shock.

Los vecinos, alertados por los gritos y la conmoción, forzaron la puerta del apartamento. La imagen que encontraron era desoladora: la pequeña Antonella yacía en un charco de sangre, mientras Silvana luchaba por su vida. De inmediato, llamaron a los servicios de emergencia, quienes llegaron al lugar en cuestión de minutos. Valencia recuerda con crudeza cómo los paramédicos sacaron a la pequeña Antonella del apartamento. Su cuerpo, ya sin fuerzas, se asemejaba al de una "muñeca de trapo", balanceándose con cada paso del paramédico que la llevaba en brazos. A pesar de los esfuerzos médicos, la niña falleció poco después en el hospital.

La situación se tornó aún más dramática cuando los paramédicos intentaron sacar a Silvana del apartamento. La indignación y la rabia de los vecinos, testigos del horrendo crimen, explotaron. Insultos, gritos y objetos contundentes, como palos y piedras, volaban hacia la joven madre, quien se encontraba a merced de la furia colectiva. Solo la intervención de la policía, que formó un escudo protector a su alrededor, evitó que la situación se convirtiera en un linchamiento. De acuerdo con el testimonio de Valencia, Silvana tuvo que fingir estar inconsciente para protegerse de la ira desatada de sus vecinos. "Le tocó hacerse la dormida, la que iba inconsciente porque ya la estaban atacando mucho", relata Valencia con voz estremecida.

Tras recibir atención médica, Silvana Torres confesó haber asesinado a su hija en un brote de ira, aunque afirma no recordar con claridad los detalles del ataque. Esta declaración ha sido utilizada por su defensa para argumentar su inimputabilidad. Sin embargo, la Fiscalía ha procedido a imputarla por el delito de homicidio agravado. A la espera del juicio, Silvana Torres enfrenta una posible condena de entre 30 y 50 años de prisión.

El caso de Silvana Torres y la pequeña Antonella ha conmocionado a la sociedad colombiana. Más allá del horror del crimen, este trágico suceso plantea interrogantes sobre la salud mental, la presión social y la necesidad de fortalecer las redes de apoyo para las madres jóvenes. El testimonio de Magola Valencia nos ofrece una perspectiva desgarradora de los hechos, y nos recuerda la importancia de escuchar y comprender las complejas realidades que se esconden detrás de estas tragedias.