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15 de agosto de 2025 a las 00:55
Justicia para Jaqueline tras tragedia estética
La tragedia que rodea la muerte de Jaqueline Yamileth Briones Torres en la clínica "Toque Divino" continúa desvelando detalles escalofriantes. Tras el cateo realizado por las autoridades, el escenario que se dibuja es desolador, plagado de interrogantes y apuntando a posibles negligencias que costaron la vida a una joven en busca de una mejora estética. Las cánulas quirúrgicas, las jeringas, la bata con el nombre "Dr. Sergio" bordado… cada elemento encontrado en el inmueble se convierte en una pieza más de este macabro rompecabezas. La libreta con la anotación de la liposucción realizada el 12 de agosto, fecha que coincide con la intervención de Jaqueline, añade un peso ineludible a la evidencia. Las manchas de color rojizo, el cabello hallado en la camilla del quirófano… imposible no imaginar los momentos finales de la joven, la lucha de su cuerpo contra un destino que jamás debió acontecer.
La información preliminar de la autopsia golpea con la crudeza de la realidad: heridas punzantes en tórax y abdomen, laceraciones en pulmones e hígado. Lesiones que, según los expertos, van más allá de lo esperable en una liposucción. ¿Un error fatal? ¿Imprudencia? ¿Negligencia criminal? Las preguntas se agolpan, exigiendo respuestas que solo la justicia podrá brindar. El dictamen del Semefo, confirmando la causa de la muerte como lesiones intratorácicas e intraabdominales secundarias a un objeto punzante, refuerza la hipótesis de un procedimiento quirúrgico que se desvió trágicamente del protocolo.
Mientras la Fiscalía Especializada en Feminicidios continúa su labor de deslindar responsabilidades, la sombra de la duda se cierne sobre el equipo médico. ¿Qué sucedió realmente dentro de las paredes de "Toque Divino"? ¿Se siguieron los protocolos de seguridad? ¿Contaban con el equipo y la capacitación necesaria para enfrentar cualquier complicación? La declaración de Sergio "N", el presunto médico involucrado, y la identificación de Julio César como el supuesto anestesiólogo, son piezas clave en esta investigación. Sin embargo, la justicia no solo debe identificar a los responsables directos, sino también determinar si hubo omisiones o fallos sistémicos que contribuyeron a este desenlace fatal.
Este caso nos obliga a reflexionar sobre la importancia de la regulación y la supervisión en el ámbito de la cirugía estética. ¿Cómo podemos garantizar la seguridad de quienes buscan mejorar su imagen? ¿Qué medidas se deben tomar para prevenir futuras tragedias? La vida de Jaqueline Yamileth no puede ser en vano. Su muerte debe servir como un llamado de atención para fortalecer los controles, exigir la máxima profesionalidad y, sobre todo, priorizar la salud y la seguridad de los pacientes por encima de cualquier otro interés. La belleza no puede, ni debe, costar una vida.
Fuente: El Heraldo de México