
14 de agosto de 2025 a las 06:30
Error histórico: Laynez contra la reforma de la Corte
La sombra de la incertidumbre se cierne sobre el Poder Judicial de la Federación. Las palabras del Ministro Laynez Potisek resuenan con la fuerza de un aldabonazo, despertando inquietudes sobre el futuro de la justicia en México. Un "retroceso brutal", un "error histórico sin precedente", así califica la reforma que recorta su mandato y el de sus colegas. Imaginen la magnitud del cambio, la conmoción ante una medida que altera los cimientos mismos de la institución. Un mandato constitucional, garantía de independencia y estabilidad, ahora sujeto a los vaivenes políticos.
La comparación con la desaparición del INAI no es casual. Ambas acciones, vistas a través del prisma del Ministro Laynez, dibujan un panorama preocupante, donde la transparencia y la imparcialidad parecen tambalearse. La sombra de la politización se extiende, oscureciendo el horizonte de la justicia. ¿Acaso la Suprema Corte, garante de la Constitución, se ha convertido en un obstáculo para un proyecto político particular? La interrogante, lanzada al aire por el Ministro, resuena con fuerza en la opinión pública, exigiendo una respuesta clara y contundente.
La experiencia, ese tesoro acumulado a lo largo de décadas de servicio, ahora se ve desperdiciada, arrojada a la basura como un objeto inservible. Jueces y magistrados, con su conocimiento y trayectoria, son desplazados por un sistema de elección que, según el Ministro, se asemeja más a la selección de representantes populares. ¿Es acaso la popularidad el criterio adecuado para elegir a quienes imparten justicia? ¿No debería prevalecer la capacidad, la imparcialidad, el compromiso con el Estado de Derecho?
La reforma, impulsada sin un diagnóstico claro, sin una justificación sólida, se percibe como una respuesta visceral, alimentada por la percepción, quizás inducida, de que la corrupción y el nepotismo lo permean todo. Pero, ¿es justo condenar a todo un poder basándose en generalizaciones? ¿No sería más prudente abordar el problema con mesura, con análisis, con propuestas concretas que fortalezcan la institución en lugar de debilitarla?
El Ministro Laynez no sólo defiende a la Suprema Corte, defiende al Poder Judicial en su conjunto. Defiende la independencia judicial, pilar fundamental del Estado de Derecho. Su voz, cargada de preocupación, es un llamado a la reflexión, una advertencia sobre los riesgos que acechan a la democracia cuando la justicia se ve sometida a los intereses políticos. La estabilidad del país, la confianza de los ciudadanos en las instituciones, están en juego. Es hora de escuchar las voces de alerta, de analizar las consecuencias de nuestras acciones y de trabajar juntos para construir un México más justo y democrático.
Fuente: El Heraldo de México