
14 de agosto de 2025 a las 20:30
Enfría tu auto ¡sin enfriar tu salud!
El calor abrasador del verano nos empuja a buscar refugio en el oasis climatizado de nuestros vehículos. El aire acondicionado, antaño un lujo, se ha convertido en un aliado indispensable para combatir las altas temperaturas y hacer más llevaderos los trayectos, especialmente en las horas punta o en largos viajes por carretera. Su función, mucho más allá del simple confort, es crucial para prevenir los peligrosos golpes de calor, protegiendo la salud y el bienestar de todos los ocupantes del coche. Sin embargo, este confort refrescante esconde una cara menos amable. El uso excesivo del aire acondicionado puede convertirse en una amenaza silenciosa para nuestra salud, afectando de manera particular a nuestros ojos.
El aire acondicionado, por su propia naturaleza, reseca el ambiente. Este aire seco, al circular dentro del habitáculo del vehículo, impacta directamente sobre la delicada superficie de nuestros ojos, provocando una evaporación acelerada de la película lagrimal que los protege. El resultado es una molesta sensación de sequedad, acompañada de otros síntomas que, aunque en un principio parezcan leves, pueden llegar a ser muy incómodos e incluso afectar nuestra visión.
Hablamos del "síndrome del ojo seco", un problema cada vez más común, especialmente entre quienes pasan mucho tiempo en ambientes climatizados. Este síndrome se caracteriza por una insuficiente lubricación ocular, ya sea por una disminución en la producción de lágrimas o por una evaporación excesiva de las mismas. La sequedad ocular se manifiesta con una serie de síntomas que van desde la irritación y la sensación de arenilla o cuerpo extraño, pasando por el enrojecimiento y el picor, hasta llegar, en casos más severos, a la visión borrosa y la fotofobia, es decir, una sensibilidad excesiva a la luz.
En el interior de un coche con el aire acondicionado a pleno rendimiento, nuestros ojos se ven sometidos a un flujo constante de aire seco, lo que agrava la evaporación de la película lagrimal y crea un ambiente propicio para la aparición del ojo seco. Además, factores como la concentración en la conducción, que disminuye el parpadeo, y la dirección del flujo del aire, que a menudo incide directamente sobre el rostro, contribuyen a intensificar el problema.
Pero no hay que alarmarse. Si bien es importante ser conscientes de los riesgos, existen medidas sencillas que podemos adoptar para minimizar los efectos negativos del aire acondicionado en nuestros ojos y disfrutar de un viaje fresco y confortable sin comprometer nuestra salud ocular. En la siguiente sección, detallaremos cinco consejos prácticos para prevenir el ojo seco y mantener una óptima hidratación ocular durante los desplazamientos en coche. Desde pequeños ajustes en la configuración del aire acondicionado hasta hábitos saludables para el cuidado de nuestros ojos, estas recomendaciones nos ayudarán a proteger nuestra visión y a disfrutar de un viaje placentero y seguro.
Fuente: El Heraldo de México