Logo
NOTICIAS
play VIDEOS

Inicio > Noticias > Política

14 de agosto de 2025 a las 09:15

El Regreso del Maximato

El control de Morena se ha convertido en el verdadero epicentro del poder, una estrategia que va más allá de la simple limitación del Ejecutivo. No se trata de un retorno al presidencialismo del pasado, sino de una maniobra mucho más compleja y, podríamos decir, perversa. El paralelismo con las acciones de Calles tras el asesinato de Obregón resulta inquietante. Calles, con su imposición de Portes Gil, el diseño de un partido hegemónico y la posterior colocación de Ortiz Rubio, un personaje sin base de poder propia, demostró su maestría en la manipulación política. Ortiz Rubio, traído de una lejana embajada, carecía del respaldo militar necesario para desafiar al "Jefe Máximo" y su inevitable renuncia confirmó el dominio de Calles, fundamentado en el control del partido y el Ejército. Su influencia, incluso, se extendió a diversas Secretarías de Estado, incluyendo la crucial Secretaría de Guerra.

La figura de Calles, forjada en la Revolución desde los tiempos de Madero, se caracterizaba por su paciencia y determinación. Su formación como profesor y su ávido hábito de lectura lo moldearon como un líder astuto y calculador, capaz de escuchar y tomar decisiones trascendentales como la creación del Banco de México. Un hombre que sobrevivió a batallas, traiciones y purgas, seguramente consciente del peso de los "mensajeros del pasado". Su proyecto de partido, en teoría, buscaba la transición hacia un país de instituciones, un objetivo que finalmente se alcanzaría, aunque con otros actores y por caminos diferentes.

En el presente, la intervención de Obrador en los procesos electorales, especialmente en su sucesión, revela la importancia estratégica de Morena. La derrota no era una opción, ni tampoco la renuncia al poder real. Morena se convierte así en la fábrica de candidatos, desde legisladores hasta alcaldes. Sin embargo, la clave para la estabilidad del régimen y la construcción de una legitimidad, tan propia de las dictaduras, reside en el control de otro actor fundamental: los jueces.

La frase "Es un honor estar con Obrador", repetida como un mantra en las cámaras y las reuniones del partido, sintetiza la sumisión al nuevo maximato que se instaura. La figura de “Andy”, incrustada en la dirección del movimiento, trabaja incansablemente en la construcción de una estructura territorial y corporativa, consolidando el control desde las bases.

La caída de Calles comenzó con una simple llamada al director del Nacional, prohibiéndole el uso del término "Jefe Máximo". Un siglo después, Obrador intenta construir su propio maximato, sin la estatura política de Calles ni la fortaleza institucional del partido de la revolución. El análisis de esta situación nos remite inevitablemente a las primeras líneas de "El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte", una obra que desentraña los mecanismos del poder y la repetición de la historia. Nos encontramos ante un escenario complejo y preocupante, donde el control del partido y la judicatura se convierten en las herramientas para la consolidación de un nuevo "Jefe Máximo". El futuro del país dependerá de la capacidad de la sociedad para resistir a esta concentración de poder y defender la verdadera democracia.

Fuente: El Heraldo de México