
14 de agosto de 2025 a las 09:35
El ocaso de lo "woke"
El sutil cambio de rumbo en las prioridades corporativas, alejándose de la agenda de sostenibilidad y gobernanza de la ONU, nos invita a reflexionar sobre las fuerzas que moldean el panorama empresarial actual. La confesión del alto ejecutivo, un síntoma de una tendencia más amplia, revela cómo la "nueva realidad política" de Estados Unidos ejerce una influencia gravitacional, reorientando las estrategias y, en algunos casos, dejando perplejos a quienes observan la transformación desde afuera. Ya no vemos ondear con la misma intensidad las banderas del "orgullo", ni la retórica empresarial se centra con tanto fervor en las causas medioambientales o sociales. La atención se ha desplazado hacia los pragmáticos titulares sobre la participación del gobierno estadounidense en las ventas de Nvidia en China o la última innovación tecnológica de OpenAI. Este cambio de enfoque, sin embargo, no significa la desaparición total de la agenda "woke". Más bien, sugiere una mutación, una adaptación a las nuevas circunstancias. Persiste, aunque de forma más discreta, en ciertos nichos y se manifiesta en discursos alternativos.
Un ejemplo de ello es la conversación entre Xi Jinping e Inácio Lula da Silva. El apoyo de China a la "soberanía" de Brasil y la defensa de sus "legítimos intereses" frente al "unilaterlalismo" dibujan un escenario geopolítico complejo, donde las alianzas estratégicas y la búsqueda de un nuevo equilibrio de poder cobran protagonismo. La creciente relevancia de los BRICS y la cooperación entre China y Brasil en áreas clave como la tecnología, la energía y la salud, son indicadores de una transformación que trasciende las fronteras y redefine el tablero global.
En México, la posibilidad de un acercamiento a los BRICS, aunque presente en algunos discursos, contrasta con la firme postura de la presidenta Sheinbaum en favor de la alianza norteamericana. Sin embargo, la semilla del discurso anti-sistema, y en particular, la agenda "woke", permanece latente, especialmente en ciertos sectores. Este contexto presenta un desafío para las empresas, obligadas a navegar en un mar de contradicciones, equilibrando las exigencias de seguridad nacional y distanciamiento de China por parte de Estados Unidos, con las demandas de compromiso social, solidaridad comunitaria y cumplimiento medioambiental en México.
La complejidad de esta ecuación dual se refleja en el caso de la alianza Delta-Aeroméxico. La posible eliminación de la inmunidad antimonopolio en Estados Unidos, planteada por el Departamento del Transporte, podría desencadenar una consolidación del mercado a través de fusiones y adquisiciones. Esta concentración, a su vez, tendría consecuencias directas para el consumidor, con un previsible aumento de precios. La disyuntiva entre la competencia y la estabilidad del mercado plantea interrogantes cruciales sobre el futuro del sector y el impacto en los usuarios.
En definitiva, nos encontramos en un punto de inflexión, donde las empresas deben demostrar una gran capacidad de adaptación para sortear los retos de un escenario global en constante transformación. La habilidad para comprender y responder a las cambiantes demandas del mercado, así como a las presiones geopolíticas, será clave para la supervivencia y el éxito en este nuevo paradigma.
Fuente: El Heraldo de México