Desde tiempos inmemoriales, la tortilla ha sido el corazón de la mesa mexicana. Imaginen a las antiguas culturas, manos hábiles moldeando el nixtamal, el aroma a maíz tostado flotando en el aire, un ritual que se repite día tras día, generación tras generación. Este disco dorado, aparentemente simple, es mucho más que un alimento: es un lienzo sobre el cual se pinta la rica historia de México. Es la base de incontables platillos, desde los tacos al pastor que despiertan nuestros sentidos en las calles nocturnas, hasta los chilaquiles que reconfortan el alma en un desayuno dominical.

Y es que, ¿quién no recuerda la imagen familiar de alguien corriendo a la tortillería para traer ese paquete humeante, listo para acompañar el guisado del día? Ese aroma inconfundible que anuncia la llegada de la comida, la promesa de un sabor auténtico y reconfortante. Esa tradición, ese gesto cotidiano, es un hilo invisible que nos une a nuestras raíces, a nuestra identidad.

Pero, ¿alguna vez te has preguntado cuántas tortillas conforman ese kilo que compramos con tanta regularidad? La respuesta, como la gastronomía mexicana misma, es diversa y compleja. No todas las tortillas son iguales. Su tamaño, el grosor, el tipo de maíz utilizado, la mano experta que las crea, todo influye en su peso y, por ende, en la cantidad que encontramos en cada kilogramo. En algunas regiones del país, un kilo puede contener hasta 55 tortillas, pequeñas y delgadas, perfectas para taquitos dorados. En otras, encontraremos apenas 33, más grandes y gruesas, ideales para unos enchiladas suizas o unas contundentes gorditas.

Este universo de la tortilla, tan variado y fascinante, también impacta en su aporte calórico. Una tortilla de maíz estándar, de unos 30 gramos, nos aporta entre 55 y 60 kcal. Si pensamos en un consumo promedio de 5 tortillas al día, estaríamos hablando de entre 275 y 300 kcal, una cantidad a considerar dentro de una dieta balanceada. Recordemos que este cálculo puede variar dependiendo del tipo de tortilla y su proceso de elaboración.

Y hablando de economía, el precio de este alimento básico también es un tema de conversación en las mesas mexicanas. Desde los 16 pesos en Puebla, tierra del chile en nogada, hasta los 30 pesos en estados como Sonora, la variación de precios refleja las diferentes realidades económicas del país. En la capital, la Ciudad de México, el kilo oscila entre los 20 y 21 pesos, un precio que, aunque estable, se siente en el bolsillo de las familias.

La tortilla, ese círculo dorado que nos acompaña en cada comida, es mucho más que un simple alimento. Es historia, tradición, economía y, sobre todo, identidad. Un símbolo de nuestra cultura que debemos valorar y preservar.