Tras años de espera y con la reciente aprobación de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), finalmente se ha dado el primer paso hacia la renovación de la atención médica en la zona norte de la Ciudad de México. Este jueves, las máquinas rugieron en la calle de Lerdo, en la colonia Tlatelolco, marcando el inicio de la demolición del antiguo Hospital “Dr. Gonzalo Castañeda” del ISSSTE. Un hito largamente anhelado por derechohabientes y vecinos, que promete transformar la salud y el bienestar de la comunidad.

El director general del ISSSTE, Martí Batres Guadarrama, confirmó el arranque de la demolición, un proceso que, según aseguró, se llevará a cabo con la máxima precaución. Una técnica especial, piso por piso, garantizará la seguridad de las y los vecinos de la Unidad Habitacional Tlatelolco, así como de los pacientes de la Clínica del IMSS contigua. Este compromiso con la seguridad es primordial, considerando la delicada ubicación del antiguo hospital en una zona densamente poblada.

El edificio, cerrado hace 13 años tras ser declarado con daño estructural, representaba un riesgo latente para la comunidad. Más allá del peligro inminente de colapso, el inmueble se había convertido en un foco de insalubridad, afectando la calidad de vida de los residentes de Tlatelolco. La demolición, por lo tanto, no sólo abre paso a un nuevo hospital, sino que también elimina una amenaza para la salud pública.

La construcción de la nueva unidad médica, que comenzará una vez concluida la demolición, representa una oportunidad única para modernizar la atención médica en la zona. No se trata simplemente de levantar un nuevo edificio, sino de crear un espacio que responda a las necesidades actuales de la población. El nuevo hospital incorporará especialidades que reflejen la dinámica demográfica y epidemiológica actual, adaptándose a los retos sanitarios del siglo XXI. Este enfoque integral promete una atención más precisa y efectiva, mejorando la calidad de vida de los derechohabientes.

Este proyecto, largamente esperado, es una muestra del compromiso del ISSSTE con la salud y el bienestar de sus derechohabientes. La inversión en infraestructura moderna y la incorporación de nuevas especialidades son pasos firmes hacia un sistema de salud más robusto y eficiente. La demolición del antiguo hospital no es un final, sino un nuevo comienzo, un paso hacia un futuro con mejor atención médica para la zona norte de la Ciudad de México. Un futuro donde la salud y el bienestar sean la prioridad.

Los vecinos de Tlatelolco, testigos del deterioro del antiguo hospital, ven con optimismo este nuevo capítulo. La demolición controlada y la promesa de un hospital moderno representan una esperanza tangible de un futuro con acceso a servicios de salud de calidad. Sin duda, este proyecto transformará positivamente la vida de miles de personas, consolidando el compromiso del ISSSTE con la salud y el bienestar de la comunidad. La espera ha sido larga, pero la recompensa promete ser invaluable.