La tragedia ha enlutado a Saltillo. Una joven de tan solo 25 años, Jaqueline Yamileth, perdió la vida en Monterrey mientras se sometía a una lipoescultura. El sueño de una silueta renovada se convirtió en una pesadilla que deja un profundo vacío en sus familiares y amigos. La noticia ha conmocionado a la comunidad, generando una ola de indignación y cuestionamientos sobre las circunstancias que rodearon este fatal desenlace.

Jaqueline Yamileth, llena de ilusiones y con la esperanza de mejorar su imagen, decidió someterse a una lipoescultura. Para costear el procedimiento, vendió su vehículo, demostrando la importancia que este cambio tenía para ella. Según sus familiares, quienes ahora claman justicia entre lágrimas de dolor e impotencia, Jaqueline gozaba de buena salud y no se les había informado de ninguna condición médica preexistente que pudiera complicar la intervención. Este testimonio aumenta las interrogantes y la necesidad de una investigación exhaustiva que esclarezca los hechos.

El fatídico suceso ocurrió la noche del martes en una clínica ubicada en el prestigioso Edificio Médico de Especialistas, en la colonia El Obispado de Monterrey. La joven fue canalizada a este centro a través de la financiera "Toque Divino", que opera tanto en Saltillo, ciudad natal de Jaqueline, como en el municipio de Escobedo. Esta conexión entre la financiera y la clínica abre un nuevo flanco en la investigación, planteando preguntas sobre los protocolos de selección y la responsabilidad de ambas entidades en la tragedia.

Los médicos que realizarían la cirugía, al percatarse de la gravedad de la situación, trasladaron a Jaqueline al Hospital Universitario. Sin embargo, ya era demasiado tarde. Al llegar al nosocomio, se confirmó su fallecimiento. La noticia cayó como un balde de agua fría sobre sus familiares, quienes aún no pueden comprender cómo un procedimiento aparentemente rutinario terminó con la vida de la joven.

La identidad de los profesionales involucrados ha comenzado a circular. El cirujano, identificado únicamente como Sergio, ha cerrado sus redes sociales tras el incidente, un acto que, si bien no implica culpabilidad, alimenta las sospechas y la incertidumbre. Por otro lado, el anestesiólogo, Julio César, fue quien trasladó a Jaqueline al Hospital Universitario. Ambos profesionales serán pieza clave en la investigación para determinar si hubo negligencia o alguna irregularidad en el procedimiento.

La financiera "Toque Divino", en un gesto que ahora resulta escalofriante, publicaba en su página web una imagen de Jaqueline Yamileth, presentándola como la paciente número 973. En la fotografía, se observa a la joven con un cambio de look, radiante y llena de vida, preparándose para lo que creía sería un nuevo comienzo. Esta imagen, que antes representaba la promesa de una transformación, se ha convertido en un doloroso recordatorio de la vida truncada de Jaqueline.

El edificio donde se encuentra la clínica permanece resguardado por agentes de la Policía Ministerial, quienes esperan la orden de cateo de un Juez de Control para iniciar las investigaciones pertinentes. La comunidad espera con ansias los resultados de estas indagatorias, exigiendo justicia para Jaqueline Yamileth y que se esclarezcan las circunstancias que llevaron a su muerte. Este caso pone de manifiesto la necesidad de una mayor regulación y control en el sector de la cirugía estética, para proteger la salud y la vida de quienes buscan mejorar su imagen. La belleza no debería costar una vida.