Logo
NOTICIAS
play VIDEOS

Inicio > Noticias > Salud

13 de agosto de 2025 a las 05:15

Jilotepec alza la voz: Carretera bloqueada en Veracruz.

La desesperación se palpa en el aire de Jilotepec, Veracruz. El clamor por una atención médica digna resonó con fuerza este 12 de agosto, transformando la carretera Banderilla-Naolinco en escenario de una protesta que refleja la profunda crisis sanitaria que atraviesa este municipio. No se trata de un capricho, sino de una necesidad vital: la falta de una ambulancia y el cierre de la Casa de Salud ponen en jaque la vida de los jilotepequenses, especialmente de aquellos que habitan en las comunidades más alejadas, a kilómetros de distancia de Xalapa y de cualquier posibilidad de atención médica oportuna.

Imaginen la angustia de una madre con un niño enfermo, la desesperación de un anciano que sufre un infarto, la impotencia ante un accidente. En Jilotepec, estas situaciones se viven con una precariedad alarmante. La ausencia de una ambulancia significa la diferencia entre la vida y la muerte. Cada minuto perdido en el traslado a un hospital, cada obstáculo en el camino, puede tener consecuencias irreparables. ¿Cómo es posible que en pleno siglo XXI, un municipio a tan solo 15 kilómetros de la capital del estado carezca de un servicio tan básico?

La indignación de los pobladores es comprensible. No se trata de favores, sino de derechos. El derecho a la salud es fundamental, y las autoridades tienen la obligación de garantizarlo. Los vecinos de Jilotepec han alzado la voz, han exigido la reapertura de la Casa de Salud y la adquisición de una ambulancia. Han expresado su hartazgo ante la ineficacia y la falta de respuesta por parte de los funcionarios encargados del Área de Salud.

La protesta del 12 de agosto, con el bloqueo intermitente de la carretera Banderilla-Naolinco, fue un llamado enérgico a las autoridades. Una muestra de la determinación de un pueblo que no está dispuesto a seguir siendo ignorado. La intermitencia del bloqueo refleja, además, la responsabilidad y la consideración de los manifestantes, que buscaron visibilizar su problemática sin afectar de forma total la circulación. Sin embargo, la advertencia está hecha: si no hay una respuesta favorable, las protestas continuarán.

¿Qué esperan las autoridades? ¿Acaso esperan que ocurra una tragedia para reaccionar? La salud de los jilotepequenses no puede esperar. Es urgente que se tomen medidas concretas para solucionar esta crisis. La adquisición de una ambulancia y la reapertura de la Casa de Salud son pasos esenciales, pero no son suficientes. Se necesita una inversión real en el sistema de salud del municipio, se necesita personal capacitado y comprometido, se necesita una gestión eficiente y transparente de los recursos.

La situación en Jilotepec es un reflejo de la desigualdad que prevalece en muchas regiones de nuestro país. Es un recordatorio de que el acceso a la salud no puede ser un privilegio, sino un derecho garantizado para todos. La lucha de los jilotepequenses es una lucha por la dignidad, por la vida. Es una lucha que nos interpela a todos. Es momento de que las autoridades escuchen el clamor de Jilotepec y actúen en consecuencia.

Fuente: El Heraldo de México