
13 de agosto de 2025 a las 13:20
Horror: Madre asesina a su hija de 2 años
La tragedia que envolvió la vida de Antonella, una pequeña a punto de celebrar su tercer cumpleaños, ha dejado una profunda herida en la sociedad colombiana. El brutal filicidio perpetrado por su propia madre, Silvana Torres, de tan solo 19 años, ha generado una ola de incredulidad y dolor. Magola Valencia, vecina y amiga de la familia, nos ofrece un desgarrador relato de los hechos y un retrato de la joven que cometió este acto incomprensible.
Según Magola, Silvana siempre fue una chica ejemplar, dedicada a sus estudios y con el sueño de convertirse en enfermera. Educada y respetuosa, nadie en su entorno podía imaginar que fuera capaz de semejante atrocidad. Embarazada a los 16 y madre a los 17, Silvana crio a Antonella prácticamente sola. El padre de la niña, aunque cumplía económicamente, se mantenía distante, sin involucrarse en la crianza de su hija. Este detalle, contrario a las declaraciones del expareja de Silvana, descarta la teoría de un crimen premeditado como venganza. Magola asegura que el filicidio fue un acto impulsivo, un arrebato de ira inexplicable.
La mañana del sábado 26 de julio, transcurría con aparente normalidad. Silvana bañó y vistió a Antonella, quien siempre lucía impecable. Tras el desayuno, la abuela de la niña, Doris, fue a visitar a su otra hija, dejando a Silvana y Antonella solas en el apartamento. Fue en ese momento, en la soledad del hogar, que la tragedia se desencadenó. Silvana cerró la puerta con llave, tomó un cuchillo de la cocina y atacó a su pequeña hija, cortándole el cuello. Inmediatamente después, intentó quitarse la vida con la misma arma, pero falló, quedando gravemente herida.
Los gritos de Antonella alertaron a la abuela, quien regresó corriendo al apartamento. Al ver la escena, gritó desesperada "¡Mató a la niña, mató a la niña!", alertando a los vecinos. Forzaron la puerta y se encontraron con la terrible imagen: Antonella y Silvana, ambas luchando por sus vidas. Los servicios de emergencia llegaron rápidamente, pero el destino de la pequeña ya estaba sellado. Magola recuerda con angustia cómo Antonella, pálida e inerte como una "muñeca de trapo", era llevada en brazos por un paramédico. Sus signos vitales eran débiles y su pequeño cuerpo se sacudía con cada movimiento. La imagen quedará grabada para siempre en la memoria de quienes presenciaron la escena.
Mientras tanto, Silvana, al ser sacada del apartamento, fue recibida con la furia de los vecinos. Tuvo que fingir estar inconsciente para protegerse de la ira colectiva. La intervención de la policía fue crucial para evitar un linchamiento.
Tras su recuperación, Silvana confesó haber asesinado a su hija en un arranque de ira, pero afirma no recordar nada del episodio. Su defensa buscaba la inimputabilidad, argumentando un trastorno mental transitorio. Sin embargo, la justicia ha decidido procesarla por homicidio agravado. Ahora, enfrenta un juicio que podría condenarla a entre 30 y 50 años de prisión.
El caso de Antonella ha conmocionado a Colombia, dejando interrogantes sin respuesta. ¿Qué detonó la furia asesina en una joven aparentemente normal? ¿Cómo pudo una madre arrebatarle la vida a su propia hija? El silencio de Silvana, la ausencia de recuerdos, añade aún más misterio a esta tragedia que nos obliga a reflexionar sobre la fragilidad de la vida y la oscuridad que puede esconderse en el corazón humano. El recuerdo de Antonella, una pequeña vida truncada, permanecerá como un doloroso recordatorio de la violencia que debemos combatir.
Fuente: El Heraldo de México