
13 de agosto de 2025 a las 09:30
El miedo al regreso a clases
La inseguridad se ha convertido en una sombra que acecha nuestras calles, permeando incluso los espacios que deberían ser santuarios de aprendizaje y crecimiento: nuestras escuelas. La reciente Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del INEGI nos muestra un panorama preocupante: casi dos de cada diez personas se sienten inseguras en la escuela. Un dato que contrasta drásticamente con la visión de María Montessori, quien idealizaba la escuela como un espacio de libertad y desarrollo, un lugar donde el niño pudiera crecer y aprender sin temores.
Esta realidad nos obliga a preguntarnos, ¿qué ha fallado? ¿Cómo hemos llegado al punto en que el miedo se instala en las aulas, limitando el potencial de nuestros niños y jóvenes? La ENSU revela que los cajeros automáticos en la calle son percibidos como los lugares más inseguros, con siete de cada diez personas expresando temor. Sin embargo, la inseguridad en las escuelas no se queda atrás, representando una amenaza latente que afecta no solo la tranquilidad, sino también el proceso de aprendizaje.
La violencia no es un fantasma externo a las escuelas, sino una problemática que se manifiesta en su interior. Tres de cada cien encuestados mayores de 18 años reportaron haber experimentado al menos un conflicto o enfrentamiento dentro del entorno escolar. Estos datos se alinean con la preocupante realidad del bullying y el acoso escolar, identificados como uno de los principales retos para los jóvenes de 12 a 29 años, según la Encuesta Nacional de Discriminación (ENADIS).
El miedo a la delincuencia ha modificado nuestros hábitos, restringiendo nuestra libertad y la de nuestros hijos. Casi la mitad de los encuestados por la ENSU admite haber dejado de usar objetos de valor al salir a la calle, y un número similar ha optado por no permitir que los menores salgan solos. Esta autolimitación, impulsada por el temor, nos lleva a una reflexión aún más inquietante: ¿estamos cerca de que el miedo nos impida ir a la escuela?
La imagen de niños jugando libremente en las calles, yendo y viniendo de la escuela sin preocupaciones, se desvanece en el recuerdo. La inseguridad ha recortado los espacios de juego, ha limitado la libertad de movimiento y ha transformado los parques y espacios públicos en zonas de riesgo. Si no actuamos con decisión, corremos el riesgo de perder también las escuelas como refugios seguros.
No se trata simplemente de reforzar la infraestructura o aumentar la vigilancia. Garantizar la seguridad en las escuelas exige un compromiso colectivo, una acción conjunta de autoridades, familias, comunidades y el sistema educativo. Debemos trabajar unidos para blindar el derecho a la educación, protegiéndolo de cualquier forma de violencia o amenaza.
Desde Mexicanos Primero hacemos un llamado urgente a las autoridades para que implementen políticas públicas contundentes que protejan nuestras escuelas. No podemos permitir que el miedo se apodere de las aulas. Si eso ocurre, no solo perderemos un espacio de enseñanza, sino que también vulneraremos el derecho fundamental a la educación, un derecho consagrado en nuestra Constitución. La educación es el cimiento de un futuro mejor, y no podemos permitir que la inseguridad la socave. Es hora de actuar, de recuperar la tranquilidad en nuestras escuelas y garantizar que sigan siendo espacios de aprendizaje, crecimiento y libertad para todos.
Fuente: El Heraldo de México