La sombra del narcotráfico se cierne sobre México, pero en Sonora, la luz de la justicia comienza a brillar con más fuerza. Un operativo meticuloso, fruto de la estrategia de seguridad impulsada por el gobernador Alfonso Durazo Montaño, ha asestado un golpe contundente a la delincuencia organizada. Imaginen la escena: San Luis Río Colorado, un punto estratégico en la ruta del narco, se convierte en el escenario de una victoria crucial. 838 kilogramos de “cristal”, una cantidad capaz de envenenar miles de vidas, fueron arrancados de las garras del crimen. No se trataba de un simple cargamento, sino de una amenaza desmantelada gracias a la pericia y la coordinación de las fuerzas del orden.

La historia detrás de este decomiso es digna de una película de suspenso. Un tractocamión, aparentemente común, transitaba por la carretera con un secreto mortal en su interior. Almicar “N”, de 53 años, originario de Reforma, Sinaloa, era el conductor, el encargado de transportar la droga desde Monterrey, Nuevo León, hasta San Quintín, Baja California. Sin embargo, su viaje terminó abruptamente en el puesto de revisión militar “Cucapah”. Allí, la mirada experta de los elementos de la Guardia Nacional y los integrantes de la Mesa Estatal de Seguridad detectó algo inusual.

La tecnología se convirtió en aliada de la justicia. El equipo de rayos Gamma reveló inconsistencias en la carga. La sospecha se convirtió en certeza cuando, tras una revisión exhaustiva, se descubrieron los paquetes. Plástico transparente conteniendo una sustancia granulada que, tras las pruebas pertinentes, se confirmó como “clorhidrato de metanfetamina”, el nombre científico del devastador “cristal”. No eran unos pocos gramos, sino 1,863 paquetes, cada uno con aproximadamente 450 gramos de la letal sustancia. A esto se sumaban 74 galones de 10 litros de posible metanfetamina líquida, una cantidad abrumadora que evidencia la magnitud de la operación criminal.

El tractocamión Kenworth, de color blanco, que transportaba la droga, también fue asegurado. Almicar “N” fue detenido y puesto a disposición del Ministerio Público Federal, donde enfrentará la justicia y responderá por sus actos. Este no es un caso aislado, sino el resultado de una estrategia integral de seguridad que está dando frutos. La coordinación entre las instituciones que integran la Mesa Estatal de Seguridad es clave para lograr estos éxitos.

Este decomiso no solo representa una victoria contra el narcotráfico, sino una esperanza para Sonora y para México. Es la demostración palpable de que la lucha contra el crimen organizado es una batalla que se puede ganar. Es un mensaje claro para aquellos que pretenden lucrar con el sufrimiento ajeno: en Sonora, la ley se impone y la justicia prevalece. El trabajo continúa, la vigilancia no cesa, y el compromiso de las autoridades con la seguridad de los sonorenses se reafirma con cada operativo exitoso. El camino es largo, pero cada paso que se da en la dirección correcta nos acerca a un futuro más seguro y próspero. La lucha contra el narcotráfico no es una tarea sencilla, pero con la determinación y la coordinación adecuadas, podemos construir un México libre del yugo del crimen.