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13 de agosto de 2025 a las 09:30

Autoritarismo: ¿Suena familiar?

La sombra del autoritarismo ya no se cierne como una amenaza distante en el horizonte mexicano, sino que se ha convertido en una inquietante realidad que se consolida a pasos agigantados. El estilo de gobierno que Morena ha implementado en los últimos siete años no es producto de la casualidad, sino de una estrategia meticulosamente diseñada y ejecutada. No se trata de errores, sino de la aplicación sistemática de un manual para desmantelar los cimientos de nuestra democracia.

Es evidente que nos enfrentamos a una maquinaria de poder que ha decidido socavar las instituciones democráticas desde adentro. El problema no radica únicamente en sus acciones, sino en la forma en que las llevan a cabo y en el objetivo que persiguen. Con Morena, las formas republicanas, construidas con el esfuerzo de generaciones, persisten como una fachada vacía, mientras su espíritu ha sido traicionado sistemáticamente.

La estrategia se basa en la captura institucional. No les bastó con ganar elecciones, sino que se han empeñado en reescribir las reglas del juego para perpetuarse en el poder. Buscan un árbitro electoral sumiso, tribunales obedientes que actúen como brazo ejecutor de sus designios, organismos autónomos debilitados o extintos, y una sociedad civil silenciada por el miedo, la amenaza y la persecución constante. El resultado es una ciudadanía indefensa ante los abusos del poder.

El diálogo ha sido reemplazado por el decreto, la crítica por el linchamiento mediático y la disidencia por la persecución. Cualquier voz que se atreva a disentir, ya sea de un periodista, un juez, un activista, un político o incluso una ama de casa que expresa su opinión en redes sociales, es etiquetada como enemiga del pueblo y sometida a la persecución y la sanción. La lógica es simple y brutal: o estás con ellos o estás contra ellos.

Este autoritarismo rampante se manifiesta en la creciente militarización de la seguridad pública, en los constantes ataques al Poder Judicial, en las reformas que centralizan funciones y debilitan los contrapesos. No se trata de hechos aislados, sino de una cadena de decisiones deliberadas que buscan concentrar el poder y eliminar la rendición de cuentas.

La persecución de adversarios, a quienes consideran enemigos mortales a destruir, se lleva a cabo sin el menor escrúpulo. Se fabrican carpetas de investigación por delitos graves para acceder a su geolocalización y a sus conversaciones privadas, como lo han padecido numerosos miembros de la oposición.

El sistema de vigilancia ya está en marcha. La "ley espía" permite acceder a nuestra ubicación sin orden judicial. La nueva CURP biométrica otorga al Estado acceso a nuestra información y a cada trámite público o privado que realizamos. Ahora, como era de esperarse, se consuma el asalto al sistema electoral, el último bastión de la democracia. No buscan mejorarla, sino someterla. No buscan fortalecer al ciudadano, sino silenciar su voz.

No podemos seguir llamando "reforma" a lo que en realidad es una ofensiva contra el pluralismo. Morena propone una democracia sin dientes, sin árbitro, sin vigilancia, sin competencia real. Una escenografía de república, vacía de los valores que la sustentan.

Presentar una reforma desde el poder sin escuchar las diversas voces de México, integrando una comisión que solo incluye a sus aliados, revela la clara intención de concentrar el poder.

En Acción Nacional lo tenemos claro: no se trata de nostalgia por el pasado ni de defender privilegios. Se trata de evitar que México cruce un umbral del que cueste generaciones regresar. El autoritarismo no se instala de golpe, se construye con indiferencia, resignación y miedo. Y eso es precisamente lo que vamos a combatir.

Este partido nació para defender la libertad. Y lo volveremos a hacer, con todas nuestras fuerzas, con todos los recursos legales y democráticos, junto a todos los mexicanos que creen que un país no se gobierna aplastando voces, sino escuchándolas.

Mientras ellos imponen el miedo, nosotros levantamos la voz. No vamos a parar hasta recuperar la libertad y la democracia de nuestro país.

Fuente: El Heraldo de México