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13 de agosto de 2025 a las 20:30
Alerta: Protege tu cuenta bancaria de estafas móviles
La amenaza silenciosa que viaja en un SMS: el smishing acecha tus ahorros. No se trata de una película de ciencia ficción, sino de una realidad cada vez más presente: el smishing. Esta modalidad de fraude, que utiliza mensajes de texto aparentemente inocuos, se ha convertido en la pesadilla de muchos, vaciando cuentas bancarias con la velocidad de un clic. ¿Cómo funciona esta trampa digital y, más importante aún, cómo protegerse?
El smishing se basa en la ingeniería social, apelando a nuestras emociones y vulnerabilidades. Los delincuentes envían mensajes de texto que simulan provenir de entidades confiables: bancos, tiendas departamentales, incluso instituciones gubernamentales. El contenido de estos mensajes varía, pero siempre busca generar una reacción inmediata: la promesa de un descuento irresistible, la alerta de un supuesto cargo no reconocido, la notificación de un premio inesperado. La urgencia es la clave: te presionan para que actúes rápido, sin pensar, sin verificar.
Imaginen recibir un SMS que anuncia un descuento del 70% en su tienda favorita, justo a tiempo para las fiestas. O un mensaje de su banco, advirtiendo sobre una actividad sospechosa en su cuenta. El pánico, la emoción, la codicia… son sentimientos poderosos que nublan nuestro juicio y nos hacen vulnerables. Cegados por la aparente oportunidad o la necesidad de resolver un problema, caemos en la trampa: hacemos clic en el enlace fraudulento o respondemos con información confidencial.
Y ahí es donde los estafadores consiguen su objetivo. El enlace nos redirige a una página web falsa, idéntica a la legítima, donde nos solicitan datos bancarios, contraseñas, números de seguridad. O bien, a través de una serie de preguntas aparentemente inocentes, los delincuentes obtienen la información necesaria para acceder a nuestras cuentas.
La CONDUSEF ha alertado sobre el incremento de este tipo de fraude, destacando la sofisticación de los métodos utilizados. Ya no se trata de mensajes con faltas de ortografía o enlaces sospechosos. Los criminales invierten tiempo y recursos en crear mensajes que parezcan auténticos, utilizando incluso logotipos y lenguaje corporativo. Esto dificulta la identificación del fraude, haciendo que incluso los usuarios más cautelosos puedan caer en la trampa.
Pero no todo está perdido. Existen medidas que podemos tomar para protegernos. En primer lugar, la desconfianza es nuestra mejor aliada. Ante cualquier mensaje que solicite información confidencial, debemos detenernos y analizarlo con ojo crítico. ¿Realmente esperábamos este mensaje? ¿El remitente es confiable? ¿El lenguaje utilizado es el habitual de la entidad? Si existe la más mínima duda, lo mejor es contactar directamente con la entidad a través de los canales oficiales.
Además, es fundamental evitar hacer clic en enlaces incluidos en mensajes de texto, especialmente si provienen de remitentes desconocidos. Si recibimos un mensaje de nuestro banco alertando sobre un problema en nuestra cuenta, lo mejor es acceder a la página web del banco directamente desde el navegador o a través de la aplicación oficial. Nunca debemos proporcionar información confidencial por SMS o correo electrónico.
Finalmente, es importante mantenernos informados sobre las nuevas modalidades de fraude. La educación es nuestra mejor arma contra el cibercrimen. Compartamos esta información con nuestros familiares y amigos, especialmente con aquellos que son menos familiarizados con la tecnología. Juntos podemos construir una barrera contra el smishing y proteger nuestros ahorros. La seguridad en el mundo digital depende, en gran medida, de nuestra capacidad para estar alerta, informados y, sobre todo, cautelosos. No permitamos que la urgencia nos robe la tranquilidad y el dinero.
Fuente: El Heraldo de México