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13 de agosto de 2025 a las 07:45

Adolescente salva a su primo de morir atragantado

La tensión se podía cortar con un cuchillo. En una casa familiar de Fortaleza, Brasil, lo que había comenzado como una tarde cualquiera se transformó en una angustiosa carrera contra el tiempo. Igor Vasconcelos, de tan solo 13 años, disfrutaba de un tazón de cereales, un alimento tan cotidiano que jamás imaginaron se convertiría en una amenaza mortal. De repente, un trozo se alojó en su garganta, obstruyendo el paso del aire. La risa y las conversaciones se ahogaron en un silencio aterrador, roto únicamente por la tos desesperada de Igor y las exclamaciones de pánico de sus familiares.

Su tía, presente en la escena, actuó con la premura que la situación demandaba. Golpes en la espalda, la primera reacción instintiva, se sucedieron sin lograr el efecto deseado. La angustia crecía a cada segundo, el rostro de Igor se tornaba cada vez más azulado, la falta de oxígeno comenzaba a pasar factura. La desesperación se apoderaba de todos. La tía, consciente de la gravedad del asunto, clamaba por ayuda, buscando una solución que parecía inalcanzable.

En medio del caos, una figura emergió con la serenidad de un héroe inesperado: Silas, el primo de Igor, de apenas 14 años. Mientras la tía buscaba auxilio externo, Silas, con una determinación admirable, recordaba los videos que había visto en redes sociales sobre la maniobra de Heimlich. Una técnica que, en ese momento, se presentaba como la única esperanza. Sin dudarlo, con la precisión que la urgencia imponía, Silas rodeó a su primo con sus brazos y aplicó la maniobra. La tensión se palpaba en el aire, cada segundo se estiraba como una eternidad.

Finalmente, tras lo que pareció una interminable agonía, el trozo de cereal salió disparado de la garganta de Igor. El aire volvió a llenar sus pulmones en una bocanada profunda y liberadora. La tos, ahora, era señal de vida, de alivio. El color regresó a su rostro y la angustia dio paso a un llanto mezcla de miedo y gratitud. El silencio aterrador se rompió con sollozos de alivio, abrazos apretados y palabras de agradecimiento.

Igor fue trasladado a un hospital para una revisión exhaustiva, donde afortunadamente se confirmó su completa recuperación. Más allá del susto y la experiencia traumática, la familia Vasconcelos decidió compartir el video del rescate en redes sociales, no para buscar reconocimiento, sino con un propósito mucho más noble: concientizar sobre la importancia de conocer técnicas de primeros auxilios.

El video se viralizó rápidamente, generando una ola de reacciones. Miles de usuarios aplaudieron la valentía y la rápida actuación de Silas, un adolescente que, gracias a su conocimiento y serenidad, se convirtió en el héroe de su primo. La historia se convirtió en un recordatorio impactante de cómo un simple conocimiento puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Un testimonio conmovedor que nos impulsa a aprender, a prepararnos, a estar listos para actuar cuando la vida nos ponga a prueba. La historia de Igor y Silas nos enseña que los héroes no siempre llevan capa, a veces, simplemente son adolescentes valientes con un teléfono inteligente y la voluntad de ayudar. Una historia que nos recuerda que, en situaciones límite, el conocimiento puede ser la herramienta más poderosa.

Fuente: El Heraldo de México