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13 de agosto de 2025 a las 19:25

13 empresas mexicanas sancionadas por vínculo con el CJNG

El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), una sombra ominosa que se extiende sobre México y más allá, ha vuelto a ser el centro de atención, no solo por su brutal tráfico de fentanilo, sino por tejer una red de engaños que se extiende al mundo del turismo y el robo de combustible. La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha desatado un nuevo golpe contra esta organización criminal, sancionando a cuatro individuos y trece empresas mexicanas que, según las investigaciones, actúan como tentáculos financieros del cártel. Este movimiento estratégico busca cortar el flujo de dinero que alimenta las actividades ilícitas del CJNG, asfixiando su capacidad de operar y expandir su influencia.

La declaración emitida por el Tesoro estadounidense pinta un panorama alarmante: el CJNG, conocido por su violencia despiadada, está diversificando sus fuentes de ingresos, buscando nuevas formas de financiar su imperio criminal. El fraude de tiempo compartido, un esquema que se aprovecha de la ilusión de vacaciones paradisíacas, se ha convertido en una herramienta lucrativa para el cártel. Imaginen familias ahorrando durante años para disfrutar de un merecido descanso, solo para descubrir que han sido víctimas de una elaborada estafa, su dinero alimentando las arcas de una organización criminal. Este tipo de fraude no solo representa un golpe financiero para las víctimas, sino que también erosiona la confianza en la industria turística, afectando a negocios legítimos y a la economía en general.

El robo de combustible, otra actividad ilícita en la que el CJNG ha incursionado, representa una amenaza multifacética. No solo genera ganancias ilícitas para el cártel, sino que también desestabiliza el suministro de combustible, perjudica a la economía nacional y pone en riesgo la seguridad de las comunidades. Las tomas clandestinas, a menudo realizadas de manera precaria e insegura, representan un peligro constante de explosiones e incendios, poniendo en peligro la vida de quienes viven cerca de estas instalaciones. Además, el robo de combustible genera pérdidas millonarias para las empresas petroleras y contribuye al deterioro de la infraestructura energética del país.

La OFAC, con estas sanciones, busca desmantelar la compleja red financiera que permite al CJNG operar con impunidad. Al identificar y bloquear los activos de individuos y empresas vinculados al cártel, se espera debilitar su capacidad de financiar sus operaciones, limitar su expansión y, en última instancia, contribuir a su desmantelamiento. Esta acción no es un evento aislado, sino parte de una estrategia más amplia para combatir el crimen organizado transnacional, una lucha que requiere la cooperación internacional y un enfoque multidisciplinario.

La pregunta que surge ahora es: ¿qué impacto tendrán estas sanciones en el largo plazo? ¿Será suficiente para frenar el avance del CJNG o simplemente forzará al cártel a adaptarse y buscar nuevas estrategias para generar ingresos? El futuro es incierto, pero una cosa es clara: la lucha contra el crimen organizado es una batalla constante que requiere vigilancia, determinación y la colaboración de todos los sectores de la sociedad. Es imperativo que las autoridades continúen investigando y persiguiendo a los responsables de estos crímenes, y que la sociedad en su conjunto se una para rechazar la violencia y la corrupción que amenazan nuestro futuro. El camino hacia un México seguro y próspero requiere un esfuerzo conjunto, un compromiso inquebrantable con la justicia y la construcción de un futuro libre del yugo del crimen organizado.

Fuente: El Heraldo de México