La alegría y la música del Festival de Bandas Infantiles en Salazar de las Palmas se transformaron en un escenario de tragedia y desolación el pasado sábado. Lo que prometía ser un día de celebración y orgullo para las familias del Colegio Jean Piaget terminó en una pesadilla que ha conmocionado a toda la comunidad. El eco de los instrumentos musicales se apagó, reemplazado por los gritos de desesperación y el llanto inconsolable.

Isabela Velandia Cristancho, de tan solo 10 años, y Danny Stewar Burbano Gauta, de 11, desfilaban con la ilusión propia de su edad, luciendo sus uniformes y compartiendo la emoción con sus compañeros. Tras el desfile, buscando refrescarse del calor y prolongar la alegría del día, decidieron acercarse a las aguas del río Salazar. Un momento de esparcimiento infantil, una decisión aparentemente inocente, que se tornaría fatal.

Nadie podía prever la repentina crecida del río. En un instante, la fuerza de la corriente se desató con furia, arrastrando a los dos pequeños. La escena, presenciada por decenas de personas, se tornó en un caos de impotencia y terror. Ante la mirada atónita de los presentes, las madres de Isabela y Danny, movidas por un instinto maternal que sobrepasó cualquier cálculo de riesgo, se lanzaron al agua sin dudarlo. Un acto de amor desesperado que lamentablemente no pudo evitar la tragedia. Otra madre, conmovida por la escena y la urgencia del momento, también se arrojó al río en un intento por rescatar a alguno de ellos.

La fuerza del río Salazar, embravecido por la repentina crecida, resultó implacable. Los esfuerzos de los presentes por auxiliar a las víctimas fueron en vano. La confusión y la desesperación se apoderaron del lugar. El sonido de las sirenas de la policía rompió el silencio, mientras se iniciaba una angustiosa búsqueda contra reloj. Horas más tarde, la peor de las noticias se confirmaba: los cuerpos de las dos madres y sus dos hijos eran recuperados del río.

Esta tragedia ha dejado una profunda herida en la comunidad de Salazar de las Palmas. La alegría del festival se ha transformado en un luto colectivo. El recuerdo de Isabela y Danny, de su entusiasmo infantil y su participación en el desfile, quedará grabado en la memoria de quienes los conocieron. La valentía y el amor incondicional de sus madres, que no dudaron en arriesgar sus vidas por intentar salvarlas, se convertirán en un símbolo de la fuerza del instinto maternal.

Las autoridades locales han expresado sus condolencias a las familias afectadas y han iniciado una investigación para determinar las causas de la repentina crecida del río. Este doloroso suceso nos recuerda la importancia de la prevención y la necesidad de tomar medidas de seguridad en las cercanías de los ríos, especialmente durante eventos que congregan a un gran número de personas. Asimismo, pone de manifiesto la fragilidad de la vida y la necesidad de valorar cada momento que compartimos con nuestros seres queridos.

La comunidad de Salazar de las Palmas se une en el dolor y la solidaridad con las familias de las víctimas. Que el recuerdo de Isabela, Danny y sus madres sirva como un llamado a la reflexión y a la prevención, para que tragedias como esta no vuelvan a repetirse.