La tragedia ha ensombrecido la vida de una ex reina de belleza en Filipinas, Acquene Arradaza, cuyo cuerpo fue hallado flotando en la costa de Barangay 99 Diit, días después de su desaparición en Ormoc City. La noticia ha conmocionado a la comunidad, dejando un rastro de preguntas sin respuesta y un profundo dolor por la pérdida de una vida que prometía mucho.

El hallazgo, realizado por pescadores locales, reveló un escenario desgarrador. El cuerpo de Arradaza, de 35 años, mostraba signos inequívocos de tortura y estaba atado con sacos llenos de piedras, un intento fallido de ocultar el crimen que la policía investiga como feminicidio. La imagen de una mujer, alguna vez radiante en los concursos de belleza, ahora víctima de una violencia brutal, ha generado indignación y un clamor por justicia.

Las autoridades, lideradas por la mayor Shenna Layog, comandante de la Comisaría 2 de Tacloban, han descrito el estado del cuerpo como impactante: hinchado, desnudo, con el cuello, manos y pies atados, el rostro cubierto con tela negra y cinta adhesiva. Una escena que habla de la crueldad del acto y la intención de silenciar a la víctima. La mayor Layog ha calificado el hecho como una ejecución directa, lo que intensifica la gravedad del caso y la necesidad de encontrar a los responsables.

La investigación policial, apoyada en grabaciones de cámaras de seguridad, ha revelado detalles perturbadores del secuestro de Arradaza. Tres hombres armados, a bordo de una camioneta negra, la interceptaron cerca de una tienda donde realizaba compras para la comida. La forzaron a subir al vehículo y huyeron en dirección a Kananga, Leyte. Estas imágenes, captadas por las cámaras, son la pieza clave que podría conducir a la identificación y captura de los criminales.

Un elemento que añade dolor a esta tragedia es la tardía denuncia de la desaparición de Arradaza. Según informes, ningún familiar reportó su ausencia hasta cinco días después del secuestro, el mismo día en que su cuerpo fue encontrado. La policía lamenta esta demora, señalando que una denuncia oportuna podría haber permitido interceptar el vehículo de los sospechosos. "Podríamos haber interceptado el vehículo… si hubieran presentado una denuncia antes", declaró un portavoz de la policía de Ormoc City. Esta declaración pone de manifiesto la importancia de la colaboración ciudadana en la lucha contra el crimen y la necesidad de actuar con rapidez ante cualquier indicio de peligro.

La vida de Acquene Arradaza, más allá de su faceta como reina de belleza, era la de una madre soltera con tres hijos. Su triunfo en el concurso Miss Matag-ob, en el municipio del mismo nombre, fue un momento de orgullo y alegría, un contraste doloroso con el trágico final que le ha deparado el destino. Este caso también se ve ensombrecido por la muerte de su hermano, Eros Arradaza, en un tiroteo con la policía durante una redada de drogas. Una familia marcada por la pérdida, ahora enfrenta un nuevo duelo, aún más doloroso por la violencia y la impunidad que lo rodea.

La comunidad espera con ansias el resultado de las investigaciones y la captura de los responsables de este atroz crimen. El caso de Acquene Arradaza se suma a la larga lista de feminicidios que azotan Filipinas, un problema social que exige una respuesta contundente por parte de las autoridades y un cambio profundo en la cultura para erradicar la violencia contra las mujeres. La memoria de Acquene, la ex reina de belleza, madre y víctima de la violencia, debe servir como un llamado a la acción para construir una sociedad más justa y segura para todas las mujeres.