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12 de agosto de 2025 a las 12:25

Peligro: Camiones sin freno

La industria del autotransporte de carga en México se encuentra en una encrucijada. Los recientes datos de la ANPACT pintan un panorama sombrío, con caídas significativas en la producción, venta y exportación de camiones. Este escenario, lejos de ser un hecho aislado, se inserta en un contexto de incertidumbre económica global y de desafíos específicos para el sector. Analicemos las implicaciones de esta situación y las posibles salidas a esta compleja coyuntura.

La caída del 60% en las ventas al mayoreo durante julio, comparado con el mismo mes del año anterior, es una señal de alarma que no podemos ignorar. Dos mil 175 unidades vendidas frente a las cinco mil 452 del año pasado representan una contracción drástica que impacta directamente en la cadena productiva, desde las fábricas hasta los concesionarios. Esta tendencia a la baja se confirma al analizar las cifras acumuladas de enero a julio, que muestran una disminución del 49.7% respecto al mismo periodo del año anterior. No se trata de una simple fluctuación del mercado, sino de una tendencia preocupante que exige acciones concretas.

El mercado minorista, el termómetro de la confianza del consumidor final, también refleja la difícil situación del sector. La séptima tasa mensual negativa consecutiva, con una caída del 33.2% en julio, nos indica que la demanda de vehículos pesados se está contrayendo. Incluso comparando con las cifras prepandemia de 2019, observamos un ligero retroceso, lo que sugiere que la recuperación del sector aún no se consolida.

Ante este panorama, la pregunta crucial es: ¿qué está frenando la inversión en nuevas unidades? La incertidumbre económica, exacerbada por las tensiones comerciales internacionales, juega un papel fundamental. La amenaza de aranceles, como los propuestos durante la administración Trump, genera un clima de desconfianza que frena las decisiones de inversión. A esto se suman factores internos, como la falta de acceso a financiamiento competitivo y la ausencia de incentivos para la renovación de flotas con unidades más modernas y eficientes.

La propuesta de Rogelio Arzate, presidente ejecutivo de la ANPACT, de impulsar el financiamiento y los incentivos para la renovación de la flota, es un paso en la dirección correcta. Modernizar el parque vehicular no solo contribuiría a mejorar la eficiencia del sector, sino que también tendría un impacto positivo en el medio ambiente, al reducir las emisiones contaminantes. Además, es crucial fortalecer el mercado interno para mitigar los riesgos asociados a las fluctuaciones del comercio exterior.

La caída en la producción, con una disminución del 55% en julio y del 26% en el acumulado anual, confirma la gravedad de la situación. Esta contracción afecta directamente el empleo y la actividad económica en las regiones donde se concentra la industria automotriz. La disminución de las exportaciones, con una caída del 51.6% en julio y del 20% en el acumulado anual, también es motivo de preocupación, ya que refleja la pérdida de competitividad del sector en el mercado internacional.

En conclusión, la industria de camiones en México enfrenta un desafío complejo que requiere de una respuesta coordinada entre el gobierno, los fabricantes y los distribuidores. Es fundamental implementar políticas que impulsen la renovación de la flota, faciliten el acceso al financiamiento y fortalezcan la competitividad del sector. Solo así se podrá revertir la tendencia a la baja y asegurar la sostenibilidad de esta industria clave para la economía del país. El tiempo apremia, y la inacción solo agravará la situación.

Fuente: El Heraldo de México