
13 de agosto de 2025 a las 02:00
Mujeres al poder: Transformando el entorno.
El anhelo de liderazgo femenino en la política latinoamericana se consolida, dejando de ser un susurro para convertirse en un clamor resonante. Las palabras de la magistrada presidenta del Tribunal Electoral Federal, Mónica Soto Fregoso, en el ciclo de conferencias de la Asociación de Magistradas Electorales de las Américas (AMEA), no solo reflejan una aspiración personal, sino la de una generación de mujeres que buscan transformar la realidad desde una perspectiva propia. "Queremos el poder para transformar", una frase que resume la esencia de esta lucha, no por el poder en sí mismo, sino por la capacidad de incidir en la construcción de sociedades más justas e igualitarias.
La presencia de Michelle Bachelet, expresidenta de Chile, como figura emblemática del liderazgo femenino en la región, añade un peso significativo a este discurso. Bachelet, quien ha transitado por los complejos caminos del poder, reconoce el valor de la representación femenina en cargos públicos, y celebra los avances de México en este ámbito. Su testimonio sirve como inspiración y reafirma la idea de que la paridad no es una utopía, sino un objetivo alcanzable.
El panorama político mexicano, con la coincidencia de mujeres al frente del Ejecutivo Federal, la Suprema Corte de Justicia, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y el Instituto Nacional Electoral (INE), representa un hito histórico. Este logro, fruto de décadas de lucha y reformas graduales, demuestra que la perseverancia y el compromiso pueden derribar barreras y abrir espacios para la participación plena de las mujeres en la vida pública.
Sin embargo, la consolidación de estos liderazgos requiere un esfuerzo continuo. No basta con alcanzar la paridad numérica; es fundamental garantizar que las mujeres tengan las mismas oportunidades para ejercer el poder y que sus voces sean escuchadas con el mismo respeto y consideración que las de sus homólogos masculinos.
El camino hacia la igualdad está lleno de desafíos, pero la determinación y la solidaridad entre mujeres son las herramientas que permitirán superar cualquier obstáculo. El ejemplo de México, con sus avances significativos en materia de paridad, sirve como un faro de esperanza para toda América Latina, demostrando que un futuro con igualdad de oportunidades es posible. La lucha por la participación política de las mujeres no es solo una cuestión de justicia, sino una necesidad para construir sociedades más democráticas, representativas y capaces de enfrentar los desafíos del siglo XXI.
El reto ahora es consolidar estos logros, impulsar nuevas reformas y generar un cambio cultural que erradique los estereotipos de género y promueva la igualdad sustantiva en todos los ámbitos. La participación de las mujeres en la política no es solo un derecho, sino una necesidad para construir sociedades más justas, equitativas y democráticas. El camino recorrido hasta ahora demuestra que es posible alcanzar la paridad, pero se requiere un compromiso constante y una acción conjunta para garantizar que las mujeres tengan las mismas oportunidades que los hombres para participar en la toma de decisiones que afectan a sus vidas y a la sociedad en su conjunto.
Fuente: El Heraldo de México