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13 de agosto de 2025 a las 00:40

¡México vs. el Mundo!

La tercera fase del WBC Grand Prix, que se celebra en la vibrante Arabia Saudita, promete ser un punto de inflexión en este emocionante torneo. Tras el tañer de la campana en 80 combates previos, la intensidad se palpa en el aire. No solo por la destreza y el coraje demostrado por los púgiles de todos los rincones del mundo, sino también por la carga emocional que representa este evento. Un torneo concebido desde el corazón del legendario José Sulaimán, y hecho realidad por la perseverancia de su hijo, Mauricio, actual presidente del CMB. Un legado de pasión por el boxeo que se materializa en un escaparate de talento y competición.

El desierto saudí se convierte en el escenario donde se forjan los sueños de jóvenes promesas del boxeo. Tres guerreros mexicanos, con la bandera tricolor ondeando en sus corazones, se preparan para darlo todo en busca de la gloria. Brandon Mejía Mosqueda, con la agilidad del pluma, se enfrentará al uzbeko Ayubkhon Bakhtiyorov en un choque de estilos que promete chispas. Misael Cabrera Urías, en la categoría superligero, tendrá que descifrar el enigma del también uzbeko Mujibillo Tursunov. Y Emiliano Aguillón Castro, en la división de peso medio, buscará imponer su ritmo ante la potencia del francés Lancelot Proton de la Chapelle, un duelo que anticipa una batalla sin cuartel.

Más allá del brillo de los focos y la ovación del público, el WBC Grand Prix es un testimonio del poder transformador del deporte. Una década después de la partida de Don José, su visión de un torneo que impulsara a jóvenes talentos, basado en la justicia y la profesionalidad, se ha convertido en una realidad palpable. Gracias al apoyo incondicional de Turki Alalshikh, ministro de entretenimiento de Arabia Saudita, el Grand Prix no solo ofrece una bolsa de 250 mil dólares, sino también la invaluable oportunidad de catapultar las carreras de estos jóvenes hacia la cima del boxeo mundial.

El eco de los golpes resuena en cada rincón del planeta, atrayendo la atención de aficionados y expertos. El torneo no se limita a la competencia; es un crisol de culturas, un espacio de aprendizaje y disciplina donde los púgiles forjan lazos de camaradería y respeto mutuo. Las dos primeras fases han dejado una huella imborrable, con combates memorables que han revelado nombres que, hasta hace poco, eran desconocidos para el gran público. Ahora, estos guerreros del ring tienen la oportunidad de escribir su propia historia en letras doradas.

La maquinaria del WBC Grand Prix ya está en marcha para su segunda edición. Con la ambición de expandir su alcance a más países y participantes, el torneo se perfila como una cita ineludible en el calendario boxístico mundial. Un evento que trasciende el deporte y se convierte en un símbolo de esperanza, un legado que honra la memoria de José Sulaimán y que, gracias a la dedicación de Mauricio Sulaimán y el apoyo de Arabia Saudita, continúa abriendo puertas, formando talentos y llevando el noble arte del boxeo a nuevos horizontes.

Fuente: El Heraldo de México