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12 de agosto de 2025 a las 18:25

Intercambia armas por paz en 29 estados.

La paz, un anhelo universal, cobra vida en México a través del programa “Sí al desarme, sí a la paz”. Imaginen un país donde el sonido de las balas sea reemplazado por el eco de la convivencia armónica, donde el miedo a la violencia se transforme en la certeza de la seguridad. Eso es precisamente lo que se está construyendo, paso a paso, con la entrega voluntaria de más de 5 mil armas en tan solo unos meses. Un acto de valentía ciudadana que resuena con fuerza en 29 estados, demostrando que el deseo de un futuro mejor es una llama que arde en el corazón de los mexicanos.

Desde el 10 de enero, miles de historias se han tejido en torno a este programa. Hombres y mujeres, con la firme convicción de construir un entorno más seguro para sus familias, han decidido entregar sus armas a cambio de una compensación económica. No se trata solo de un intercambio material, sino de un acto simbólico de profundo significado: el cambio de la violencia por la esperanza. Entre las armas recolectadas, se cuentan más de 3 mil armas cortas, cerca de 1500 armas largas y más de 600 granadas, instrumentos que, en lugar de sembrar el terror, ahora abren camino a la reconciliación.

El programa no se limita a la recolección de armas. En un gesto conmovedor, niñas y niños acuden a los módulos a intercambiar sus juguetes bélicos por juguetes educativos. Un intercambio que va más allá del simple cambio de objetos: representa la siembra de una nueva cultura de paz en las mentes de las futuras generaciones. Casi 5 mil juguetes bélicos han sido reemplazados por herramientas que fomentan la creatividad, el aprendizaje y la sana convivencia, construyendo así los cimientos de un futuro más prometedor.

Cajeme, Sonora, se erige como un ejemplo inspirador. En tan solo unas semanas, se logró el canje de 80 armas de fuego, 85 cargadores y más de 20 mil cartuchos. Una cifra que no solo representa una victoria en la lucha contra la violencia, sino también una muestra palpable del compromiso de la comunidad con la construcción de la paz. La suma de esfuerzos entre la sociedad civil, las autoridades y la Iglesia Católica, que ha abierto las puertas de sus templos para albergar los módulos de canje, demuestra que la unión hace la fuerza y que la paz es una tarea colectiva.

La participación de la Iglesia Católica, al permitir la instalación de los módulos en los atrios de las iglesias, añade una dimensión espiritual a esta iniciativa. La fe y la esperanza se entrelazan en este esfuerzo conjunto, convirtiendo los espacios sagrados en símbolos de reconciliación y paz. La imagen de familias enteras acudiendo a los atrios a entregar sus armas se convierte en una poderosa metáfora de la transformación social que se está gestando en México.

El programa "Sí al desarme, sí a la paz" no se detiene. Esta semana, el programa llega a Tlajomulco, Jalisco, con la participación de la Secretaría de la Defensa, llevando consigo la promesa de un futuro más seguro y pacífico. La iniciativa se complementa con el Tianguis del Bienestar, que ha llevado ayuda a más de 35 mil familias en Guerrero y Oaxaca, entregando artículos de primera necesidad y sembrando la semilla de la esperanza en comunidades vulnerables.

El camino hacia la paz es un proceso continuo, que requiere el compromiso de todos. El programa “Sí al desarme, sí a la paz” es un paso firme en esa dirección, una muestra palpable de que un México en paz es posible. Un México donde las armas se cambien por abrazos, donde el miedo se transforme en esperanza y donde el futuro se construya sobre los cimientos de la justicia social.

Fuente: El Heraldo de México