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12 de agosto de 2025 a las 09:30

Impulso vital para el jitomate

La reciente decisión de establecer un precio mínimo para el tomate fresco mexicano destinado a la exportación a Estados Unidos ha generado un intenso debate en el sector agrícola. Más allá de una simple medida económica, se trata de una estrategia integral para salvaguardar la estabilidad y el futuro de esta industria vital para la economía nacional. Julio Berdegué Sacristán, secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, ha sido enfático al respecto, señalando que esta medida forma parte de un conjunto de acciones diseñadas para asegurar la continuidad de las exportaciones de tomate de forma ordenada y transparente, eliminando cualquier posible pretexto para futuras controversias comerciales.

Esta iniciativa surge en un contexto complejo, marcado por la reciente imposición de un arancel antidumping del 17.09% a las importaciones de tomate mexicano por parte de Estados Unidos. Ante esta situación, el gobierno mexicano, a través de las Secretarías de Agricultura y Economía, ha tomado la decisión de establecer precios mínimos de exportación para el tomate fresco. Esta medida no solo busca contrarrestar los efectos negativos del arancel, sino también prevenir prácticas comerciales desleales que puedan perjudicar a los productores mexicanos.

La colaboración entre el gobierno y el sector privado ha sido crucial en este proceso. Desde el anuncio del fin del acuerdo de suspensión, se han mantenido conversaciones constantes con cinco asociaciones que representan a más de 260 empresas exportadoras de tomate, abarcando desde pequeños productores hasta grandes corporaciones. Estas conversaciones han permitido identificar la necesidad de regular el mercado y evitar que actores oportunistas exporten tomate por debajo de los costos de producción, generando una verdadera situación de dumping que perjudicaría a todos los involucrados.

Es importante destacar que esta medida no se limita únicamente al establecimiento de un precio mínimo. Se trata de una estrategia integral que busca fortalecer la competitividad del tomate mexicano en el mercado internacional. Se están implementando programas de apoyo a los productores para mejorar la calidad y la eficiencia en la producción, así como para diversificar los mercados de destino. Además, se está trabajando en la modernización de la infraestructura logística para facilitar el transporte y la comercialización del tomate.

En paralelo a estas acciones, se mantienen conversaciones con el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos para abordar el tema del gusano barrenador, una plaga que afecta a la producción de tomate. Se espera la visita de un alto funcionario estadounidense para avanzar en la búsqueda de soluciones conjuntas que permitan controlar esta plaga y garantizar la seguridad fitosanitaria de las exportaciones.

La situación actual del tomate mexicano en el mercado estadounidense es un reto, pero también una oportunidad para fortalecer al sector y consolidar su posición como un proveedor confiable y competitivo. Las medidas implementadas por el gobierno mexicano, en colaboración con el sector privado, demuestran el compromiso con la defensa de los intereses de los productores nacionales y la búsqueda de soluciones a largo plazo que garanticen la sostenibilidad de esta industria vital para la economía del país. El camino no es fácil, pero con diálogo, colaboración y estrategias bien definidas, el tomate mexicano seguirá conquistando paladares en todo el mundo.

Fuente: El Heraldo de México