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12 de agosto de 2025 a las 09:15

¿Comisión de Búsqueda… Desaparecida?

La herida abierta de México sigue sangrando. Más de 131,000 personas desaparecidas, una cifra que hiela la sangre y que se ha disparado durante el sexenio de la 4T. Y lo que es aún más escalofriante: la manipulación oficial de las estadísticas, un intento burdo de maquillar la realidad, de esconder bajo la alfombra el horror que vivimos día a día. ¿Reducir artificialmente las cifras? Es una bofetada al dolor de las familias, una negación de su derecho a la verdad, a la justicia, a encontrar a sus seres queridos.

El caso de Karla Quintana es paradigmático. Su renuncia, rodeada de acusaciones de manipulación por parte del propio presidente, deja un sabor amargo. La "mágica" reducción de las cifras durante su gestión, de más de 100,000 a menos de 40,000, solo para después volver a la cruda realidad, nos habla de un sistema que prefiere ocultar la verdad a enfrentarla. ¿Y qué decir de la escalofriante cifra de 40 desapariciones diarias en 2023? Un número que apenas disimula la terrible sospecha de que más del 90% de estas personas han sido asesinadas, dejando a sus familias sin siquiera una tumba donde llorar su pérdida.

El Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO) escupe cifras que nos hielan la sangre, pero no nos ofrece respuestas. La Comisión de Búsqueda, creada en 2017 con la esperanza de traer luz a esta oscuridad, comenzó con buen pie. Criminalistas, antropólogos y arqueólogos trabajando incansablemente, encontrando cuerpos, informando a las familias. Un rayo de esperanza en medio del horror. Pero la llegada de Teresa Guadalupe Reyes Sahagún en agosto de 2023 marcó un punto de inflexión. El despido masivo del personal técnico, la desintegración de la Comisión, las protestas de los colectivos de búsqueda… ¿Acaso se busca intencionalmente desmantelar la búsqueda de la verdad? La desaparición del Centro Nacional de Identificación Humana es la cereza del pastel en este macabro escenario.

Las fosas clandestinas se multiplican por el territorio nacional, testimonios mudos de la tragedia que nos azota. La Comisión de Búsqueda debería ser un refugio, un espacio de esperanza para las familias, pero se ha convertido en un reflejo del cinismo y la impunidad que reinan en el país. Mientras tanto, el número de desaparecidos y de fosas sigue creciendo, alimentando el dolor y la desesperación.

La búsqueda del "mejor perfil" para dirigir la Comisión, anunciada por Claudia Sheinbaum, suena a un eco vacío en medio del desierto. ¿Qué perfil puede ser suficiente ante la magnitud de la tragedia? No se trata solo de encontrar cuerpos, sino de acompañar a las familias en su duelo, de brindarles el apoyo que necesitan para sobrellevar esta terrible carga. Se necesita alguien con la capacidad de coordinar a las diferentes instancias gubernamentales, de romper con la burocracia que entorpece la búsqueda y la entrega de los cuerpos a sus familias.

El Senado tiene en sus manos una responsabilidad histórica. La elección del nuevo director o directora de la Comisión no puede ser un premio de consolación política, sino la designación de una persona con un compromiso real con la verdad y la justicia. Los desaparecidos son el futuro truncado de nuestro país. No permitamos que la Comisión de Búsqueda siga perdida en el laberinto de la indiferencia y la impunidad. Las familias merecen respuestas, merecen justicia, merecen encontrar la paz que les ha sido arrebatada. La esperanza, aunque tenue, sigue viva en la lucha incansable de los colectivos de búsqueda, en el clamor de las madres, padres, hermanos, hijos que no se rinden. Su dolor es nuestro dolor, su lucha es nuestra lucha. No los dejemos solos.

Fuente: El Heraldo de México