
11 de agosto de 2025 a las 23:40
Yalalag: Victoria histórica contra el plagio
La defensa del patrimonio cultural oaxaqueño ha dado un paso firme y contundente. El caso de la apropiación cultural de los huaraches de Yalalag por parte de Adidas ha encendido una llama de indignación y, a la vez, ha impulsado una serie de acciones gubernamentales que prometen marcar un hito en la protección de la creatividad y el talento de las comunidades indígenas. La firme postura del gobernador Salomón Jara Cruz no solo se limita a la condena del plagio, sino que se traduce en medidas concretas y de largo alcance.
El anuncio de la creación del Registro Estatal de los Pueblos y Comunidades Indígenas y Afromexicanas es una iniciativa trascendental. Este registro, que contará con la participación activa de las propias comunidades, busca dotarlas de la personalidad jurídica necesaria para defenderse eficazmente ante futuras amenazas a su patrimonio cultural. Imaginen el poder que esto otorga: la posibilidad de que las comunidades, dueñas legítimas de su legado ancestral, puedan alzar la voz y ser escuchadas con la fuerza de la ley.
Más allá de un simple catálogo, este registro representa un escudo protector contra la explotación y el despojo. Es un reconocimiento explícito de que la cultura no es un bien de libre acceso, sino un tesoro que pertenece a quienes lo han creado y preservado a lo largo de generaciones.
La colaboración, sí; el plagio, no. Esta es la premisa fundamental que ha guiado las acciones del gobierno de Oaxaca. Se busca fomentar el intercambio cultural y la colaboración con empresas, pero siempre bajo el consentimiento previo, libre e informado de las comunidades. No se trata de cerrar las puertas al mundo, sino de establecer las bases para un diálogo respetuoso y equitativo, donde la creatividad de los artesanos oaxaqueños sea valorada y recompensada justamente.
El caso de los huaraches de Yalalag ha sentado un precedente. Ha demostrado que la apropiación cultural no quedará impune. El diálogo con la empresa Adidas, encaminado a la reparación del daño, es una muestra de que el camino del diálogo y la justicia es posible. Y es un aviso para quienes pretendan lucrar con el patrimonio cultural de Oaxaca: la vigilancia y la defensa serán constantes.
La resonancia de esta lucha trasciende las fronteras estatales. La presidenta Claudia Sheinbaum, con su propuesta de reforma contra la apropiación cultural indebida y el fortalecimiento del FONART, se suma a esta cruzada por la protección de las artesanías y la cultura de los pueblos originarios. Es una señal de que la defensa del patrimonio cultural es una prioridad nacional.
En Oaxaca, la tierra de la magia y la tradición, se está escribiendo una nueva historia. Una historia donde las comunidades indígenas, con el respaldo del gobierno, se levantan para proteger su legado ancestral. Una historia donde la cultura se defiende con la fuerza de la ley y la dignidad de un pueblo que se niega a ser despojado de sus raíces. El futuro se vislumbra con esperanza, con la certeza de que el patrimonio cultural de Oaxaca, fuente inagotable de riqueza e identidad, seguirá brillando con luz propia.
Fuente: El Heraldo de México