La debacle de los Titans continúa. La reciente destitución del Gerente General Ran Carthon, tras un desastroso periodo de dos años con un récord de 9-25, ha dejado al equipo en una situación precaria. La decisión de Carthon de despedir a Mike Vrabel, un entrenador que llevó al equipo a la final de la Conferencia Americana en 2019, se ve ahora como un error garrafal. El sustituto, Brian Callahan, procedente de los Bengals, no logró revertir la situación, culminando la temporada pasada con un humillante 3-14, el peor registro de la liga. Este resultado, si bien doloroso, les otorgó la primera selección global del Draft, utilizada para reclutar al prometedor quarterback Cam Ward.

La llegada de Ward añade un nuevo capítulo a la inestabilidad en la posición de quarterback. Hace apenas dos años, Will Levis era considerado el futuro de la franquicia, pero su desempeño mediocre, rotando la titularidad con Mason Rudolph, dejó muchas dudas. Ward, con impresionantes estadísticas universitarias – más de 4,000 yardas, 39 touchdowns y solo 7 intercepciones con los Miami Hurricanes – llega con la presión de ser la solución definitiva.

El desafío para Ward es considerable. Si bien cuenta con el talentoso Calvin Ridley, quien ha superado las 1,000 yardas en las últimas dos temporadas, la falta de anotaciones de Ridley (un promedio de 6 por temporada) es un punto débil. La incorporación de Tyler Lockett, un veterano experimentado procedente de los Seahawks, apunta a fortalecer el juego aéreo, especialmente en situaciones críticas. La salida de Treylon Burks, considerado uno de los mayores fiascos en la historia del equipo, abre espacio para jóvenes talentos como Elic Ayomanor y Chimere Dike, quienes competirán con el veterano Van Jefferson por un lugar en la ofensiva titular.

Ward, un quarterback de la "vieja escuela", prioriza la precisión desde la bolsa de protección, a diferencia de la tendencia actual de quarterbacks móviles. Su éxito dependerá en gran medida del rendimiento de la línea ofensiva. En el juego terrestre, Tony Pollard, quien superó las 1,300 yardas la temporada pasada, compartirá responsabilidades con el talentoso pero propenso a lesiones Tyjae Spears.

La defensa, al igual que la ofensiva, fue un punto débil la temporada pasada. La recuperación de L'Jarius Sneed, clave en la defensa de los Titans, es crucial para aspirar a una mejoría. Su ausencia por lesión durante la pretemporada genera incertidumbre sobre su disponibilidad para el inicio de la temporada regular.

En resumen, la llegada de Cam Ward inyecta esperanza en una franquicia sumida en la crisis. Sin embargo, la multitud de carencias en ambos lados del balón y la presión sobre Brian Callahan hacen que el futuro inmediato de los Titans se vea sombrío. La reconstrucción requerirá tiempo, paciencia y decisiones acertadas por parte de la nueva gerencia. Un récord de 6-11 parece un pronóstico realista para una temporada llena de desafíos. La pregunta es si Ward podrá liderar la renovación y devolver a los Titans a la senda del triunfo. El tiempo lo dirá.