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11 de agosto de 2025 a las 03:35
Maltrato animal: identifican culpables
La indignación recorre México tras la difusión de un video estremecedor que muestra la crueldad infligida a un gato en Pénjamo, Guanajuato. Las imágenes, que se viralizaron rápidamente en redes sociales, exhiben a un grupo de jóvenes, presuntamente estudiantes de Criminología de la Universidad EDUCEM, atando pirotecnia al cuerpo del animal y detonándola. El resultado, tan brutal como previsible, fue la muerte del felino. El acto, perpetrado al interior de las instalaciones universitarias y supuestamente durante una "práctica académica" con la presencia de un docente, ha generado una ola de repudio y exige justicia.
El video, acompañado de un mensaje escalofriante que rezaba "O salemos buenos criminales o buenos criminólogos JAJAJA", no solo documenta la barbarie, sino que también revela la perturbadora falta de empatía de los responsables. La burla implícita en sus palabras ha exacerbado la indignación pública, que clama por un castigo ejemplar. La cinta amarilla que ataba al indefenso animal se ha convertido en un símbolo de la crueldad y la impunidad que muchos temen se esconda tras este acto.
Mientras la Universidad EDUCEM, en un gesto cuestionable, ha optado por el silencio y la desactivación de su perfil de Facebook, las autoridades municipales y estatales han reaccionado con comunicados oficiales condenando el hecho. El Gobierno Municipal de Pénjamo ha rechazado enérgicamente cualquier forma de violencia animal, instando a la ciudadanía a denunciar estos actos y a las autoridades a aplicar las sanciones correspondientes. Por su parte, el Secretario de Gobierno de Guanajuato, Jorge Jiménez Lona, ha confirmado que la Fiscalía General del Estado ya ha iniciado una investigación.
Sin embargo, las palabras de condena no parecen suficientes para aplacar la furia colectiva. Activistas y usuarios de redes sociales exigen no solo sanciones legales, que podrían alcanzar hasta tres años y medio de prisión según el Código Penal estatal, sino también la expulsión inmediata de los estudiantes involucrados y la destitución del profesor que, presuntamente, supervisaba la "práctica". El argumento es contundente: quienes son capaces de semejante sadismo no tienen cabida en el sistema de justicia, y mucho menos en una institución que forma a futuros profesionales en este ámbito.
La pregunta que resuena en la sociedad es cómo es posible que estudiantes de Criminología, quienes deberían estar preparándose para combatir el delito y proteger a los vulnerables, sean los protagonistas de un acto tan atroz. ¿Qué tipo de formación están recibiendo? ¿Qué valores se les están inculcando? La sombra de la duda se extiende sobre la Universidad EDUCEM y su programa académico, poniendo en tela de juicio la idoneidad de quienes aspiran a velar por la seguridad y la justicia.
Este lamentable suceso no solo nos confronta con la brutalidad de la que algunos son capaces, sino que también nos interpela como sociedad. Nos obliga a reflexionar sobre la importancia de la educación en valores, la necesidad de fomentar la empatía y el respeto hacia todos los seres vivos, y la urgencia de erradicar la cultura de la violencia que, en ocasiones, se esconde tras la impunidad. El caso del gato de Pénjamo no puede quedar impune. Debe ser un punto de inflexión para exigir una transformación profunda en la formación de quienes aspiran a formar parte del sistema de justicia. La justicia para este animal indefenso es también justicia para una sociedad que anhela un futuro más justo y compasivo.
Fuente: El Heraldo de México