
12 de agosto de 2025 a las 01:35
Justicia para Dulce: Niña de 12 años asesinada en Chalco
La tragedia vuelve a golpear al Estado de México, pintando un sombrío panorama de violencia que se ceba con los más vulnerables. En la fría madrugada del lunes 11 de agosto, la vida de Dulce "N", una niña de tan solo 12 años, fue arrebatada brutalmente en su propio hogar, ubicado en el municipio de Chalco. El escenario, una humilde vivienda construida con lámina y cartón en la calle Reforma, esquina Cerrada de Benito Juárez, en San Pablo Atlazalpan, se transformó en el epicentro de una pesadilla.
Según los primeros reportes, sujetos armados irrumpieron violentamente en la casa alrededor de las 5:00 am. La familia, compuesta por Dulce, su madre, su hermano y su abuela, se vio sorprendida por la irrupción de la violencia. Las detonaciones de arma de fuego resonaron en la precaria vivienda, alcanzando a la pequeña Dulce, quien no pudo escapar de la lluvia de balas. Su hermano, en un acto de desesperación y valentía, logró correr y ponerse a salvo del ataque, presenciando una escena que marcará su vida para siempre.
La madre de Dulce, con el corazón destrozado, había alertado previamente a las autoridades sobre las amenazas que recibía. Había denunciado la presencia de sujetos armados a bordo de motocicletas merodeando su domicilio. La sombra de una deuda económica se cierne sobre este crimen, un cruel recordatorio de la vulnerabilidad de las familias que luchan por sobrevivir en medio de la precariedad.
Este caso, estremecedor por sí solo, evoca el fantasma de otro crimen similar: el secuestro y asesinato de Fernandito, otro menor de edad cuya vida fue segada por una deuda ajena. La Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) investiga ambos casos, buscando establecer conexiones y dar con los responsables. La similitud en el móvil del crimen, el cobro de una deuda con la madre, enciende las alarmas y exige una respuesta contundente por parte de las autoridades.
Mientras la FGJEM realiza el peritaje y traslada el cuerpo de la pequeña Dulce, la comunidad de San Pablo Atlazalpan se encuentra conmocionada. La indignación y el dolor se entremezclan con la exigencia de justicia. ¿Cuántas vidas más tendrán que ser sacrificadas en el altar de la violencia antes de que se tomen medidas efectivas para proteger a los más vulnerables? ¿Hasta cuándo las familias tendrán que vivir con el miedo constante de ser víctimas de la delincuencia? Estas son las preguntas que resuenan en un Estado de México que clama por paz y seguridad. La tragedia de Dulce no puede quedar impune. Es un llamado a la reflexión y a la acción para construir una sociedad donde la vida de los niños sea un tesoro invaluable, protegido y resguardado de la barbarie. La justicia para Dulce es la justicia para todos.
Fuente: El Heraldo de México