
11 de agosto de 2025 a las 23:50
El legado de Guadaña Jr.
El eco de la guitarra de Guadaña Jr. se ha apagado demasiado pronto. La noticia de su fallecimiento, a tan solo unos meses de embarcarse en la aventura de honrar el legado de su padre, David Lerma, ha conmocionado al mundo del rock en español. Un silencio inesperado ha reemplazado los acordes vibrantes que prometían mantener viva la llama de la Banda Bostik. Apenas en junio, Óscar Lerma, con la energía y la pasión heredadas de su progenitor, anunciaba su debut en el Centro Cívico de Ecatepec. Su voz resonaba con la convicción de quien lleva la música en la sangre, prometiendo "el sonido original de la Banda Bostik, de hace 40 años". Un sonido que ahora se convierte en un tesoro aún más preciado, un eco del pasado que se fusiona con el dolor del presente.
La tragedia se cernió sobre el joven músico tras su presentación en el Centro de Espectáculos Cuautitlán el 10 de agosto. La escueta información oficial habla de un incidente fuera de las instalaciones, en la calle colindante al estacionamiento. Un velo de misterio rodea las circunstancias de su muerte, mientras las autoridades trabajan en esclarecer los hechos. La incertidumbre alimenta las especulaciones, los rumores de un ataque a balazos se propagan en las redes sociales como reguero de pólvora, creando una atmósfera de consternación y angustia entre los seguidores del artista.
El dolor es aún más profundo al recordar la reciente pérdida de David Lerma, la leyenda del rock mexicano, en mayo de este mismo año. Padre e hijo, unidos por la música, ahora lo están también por el destino. Guadaña Jr. no solo cargaba con el peso de su propio nombre, sino con la responsabilidad de perpetuar la historia de la Banda Bostik, de mantener vivo el espíritu rebelde y la autenticidad que la caracterizaban. Su proyecto de grabar un disco tributo a su padre se convierte ahora en un sueño truncado, una melodía incompleta que resuena con la tristeza de lo que pudo haber sido.
Mientras la investigación sigue su curso, los fans se aferran a los recuerdos de los conciertos, a las letras que resonaban con la fuerza del rock, a la promesa de una nueva era para la Banda Bostik. La comunidad rockera, unida por el dolor, rinde homenaje a Guadaña Jr., un músico que apenas comenzaba a desplegar sus alas y que, trágicamente, ha visto su vuelo interrumpido demasiado pronto. La pregunta que queda en el aire, más allá de las circunstancias de su muerte, es ¿cómo se llenará el vacío dejado por esta joven promesa del rock? ¿Quién recogerá el testigo y mantendrá viva la llama de la Banda Bostik? El futuro es incierto, pero la música, como el recuerdo de Guadaña Jr., permanecerá.
Es en estos momentos de oscuridad cuando la solidaridad y el apoyo se vuelven esenciales. Recordamos las palabras de agradecimiento de Óscar hacia Luis Álvarez y Paco, entrañables amigos de su padre, un recordatorio de la importancia de la comunidad en el mundo de la música. Ahora, más que nunca, es crucial arropar a la familia Lerma y a todos aquellos que se sienten conmovidos por esta pérdida irreparable. El legado de David Lerma y la breve pero intensa trayectoria de Guadaña Jr. quedarán grabados en la historia del rock mexicano. Su música seguirá resonando, un eco que nos recordará la pasión y la entrega de dos generaciones unidas por un mismo sueño.
Fuente: El Heraldo de México