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12 de agosto de 2025 a las 01:05
Diluvio histórico azota la CDMX
La Ciudad de México se enfrentó a un diluvio histórico el domingo 10 de agosto, con una precipitación récord de 84.5 milímetros, superando por amplio margen la marca anterior de 67 milímetros registrada en 1952. Imaginen, casi siete décadas sin presenciar una lluvia de tal magnitud. Este dato, proporcionado por la propia Jefa de Gobierno, Clara Brugada Molina, nos da una idea de la excepcionalidad del fenómeno meteorológico. De hecho, la mandataria capitalina destacó que cada día se rompen récords de precipitación, una situación que nos lleva a reflexionar sobre los patrones climáticos cambiantes y la necesidad de adaptarnos a esta nueva realidad.
La intensidad de la lluvia, concentrada principalmente en el centro de la ciudad, fue tal que 50 milímetros cayeron en tan solo 20 minutos. Para ponerlo en perspectiva, imaginen la cantidad de agua que eso representa: el equivalente a llenar una piscina pequeña en un abrir y cerrar de ojos. Mario Esparza, Secretario del Agua de la Ciudad de México, calificó la alerta púrpura generada por esta tormenta como la más grande de la que se tiene registro. Es una imagen impactante, una mancha púrpura extendiéndose sobre el mapa de la ciudad, señalando la magnitud del desafío que enfrentamos.
A pesar de la fuerza descomunal de la naturaleza, la infraestructura de drenaje de la ciudad, según Brugada Molina, ha demostrado ser adecuada para afrontar estos incrementos en las precipitaciones. Sin embargo, la Jefa de Gobierno también reconoció la necesidad de continuar trabajando en otras áreas de infraestructura, como la recuperación de agua de lluvia y la infiltración masiva de agua. Estas medidas no solo son cruciales para mitigar los efectos de futuras tormentas, sino también para aprovechar un recurso tan valioso como el agua.
Es alentador saber que, a pesar de la intensidad de la lluvia, no se reportaron mayores problemas que lamentar. Las autoridades han asegurado que se atenderá a todos los afectados, un compromiso fundamental en momentos de crisis. Myriam Urzúa, Secretaria de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil, informó que entre 50 y 75 viviendas presentaron afectaciones y que se están realizando censos para determinar la mejor manera de brindar apoyo a las familias damnificadas. Esta respuesta rápida y eficiente por parte de las autoridades es crucial para minimizar el impacto de la tormenta en la vida de los ciudadanos.
Sin embargo, la batalla contra las inclemencias del tiempo no ha terminado. Agosto y septiembre, históricamente los meses con mayor precipitación, aún están por venir. La Ciudad de México se prepara para enfrentar lo que podría ser el pico de la temporada de lluvias, y es fundamental que todos los ciudadanos colaboremos para minimizar los riesgos. Desde evitar tirar basura en las calles, lo cual obstruye el drenaje y agrava las inundaciones, hasta estar atentos a las alertas emitidas por las autoridades, cada acción cuenta. La solidaridad y la preparación son nuestras mejores armas para enfrentar los desafíos que la naturaleza nos presenta.
La lluvia del domingo 10 de agosto nos recuerda la fuerza de la naturaleza y la importancia de estar preparados. Nos invita a reflexionar sobre la necesidad de invertir en infraestructura resiliente y a adoptar prácticas que nos permitan convivir de manera sostenible con nuestro entorno. La Ciudad de México ha demostrado su capacidad para resistir, pero la tarea de protegerla es una responsabilidad compartida.
Fuente: El Heraldo de México