
11 de agosto de 2025 a las 10:25
Descuentos que revientan en tu ciudad
La volatilidad del mercado automotriz mexicano es un tema candente. Mientras algunos fabricantes celebran incrementos en ventas, otros se enfrentan a caídas significativas, creando un panorama confuso y difícil de predecir. Este sube y baja mensual, ¿se debe a la fluctuación del dólar? ¿A la incertidumbre económica global? ¿O a factores internos del mercado? Las respuestas no son sencillas y merecen un análisis a profundidad.
Tomemos el caso de Mazda, un ejemplo paradigmático de esta montaña rusa. Un mes reportan una caída del 21% en sus ventas y al siguiente, un sorprendente repunte del 17%. ¿Cómo explicar semejante variación con una línea de productos prácticamente inalterada? La clave podría estar en las estrategias de marketing, promociones especiales, disponibilidad de inventario o incluso la confianza del consumidor, un factor intangible pero poderoso. Este comportamiento errático se replica en otras marcas como Stellantis y Audi, demostrando que no se trata de casos aislados, sino de una tendencia generalizada.
Sin embargo, la bipolaridad no afecta a todos por igual. Mientras algunos experimentan subidas y bajadas, otros se hunden en una preocupante depresión comercial. General Motors y Ford, gigantes de la industria, muestran trayectorias descendentes que plantean serias interrogantes sobre el futuro del sector. Volkswagen, otro peso pesado, también se suma a la lista de los que ven sus números rojos profundizarse.
Esta inestabilidad en el mercado automotriz mexicano es un síntoma de un problema mayor: la falta de predictibilidad afecta la planificación a largo plazo tanto de los fabricantes como de los distribuidores. La imagen de un mercado estancado, reflejada en la caída acumulada del 0.31% en los primeros siete meses del año, es una señal de alerta que no podemos ignorar. Ante esta situación, la petición de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores a la presidenta Claudia Sheinbaum para frenar la importación de vehículos ilegales cobra mayor relevancia. Se trata de una medida crucial para proteger la industria nacional y promover un mercado más justo y competitivo.
Y mientras el mercado interno lucha contra sus propios demonios, el mundo exterior llama a nuestra puerta con atractivas propuestas. La próxima visita de Mohammad Khalid Alkassim, director de Atracción de Inversiones de Dubái Chambers, plantea un interesante dilema para las empresas mexicanas. ¿Quedarse en un mercado inestable o explorar nuevas oportunidades en un emirato que ofrece exenciones fiscales, zonas económicas especiales y una conectividad global envidiable? La decisión no es fácil, pero la comparativa entre las dificultades del mercado local y las ventajas que ofrece Dubái sin duda generará un debate en el sector empresarial mexicano. ¿Será este el momento de buscar nuevos horizontes? El tiempo lo dirá. Lo cierto es que el panorama actual exige estrategias innovadoras y una visión a largo plazo para sortear la tormenta y asegurar el futuro de la industria automotriz en México.
Fuente: El Heraldo de México