La propuesta de reforma constitucional impulsada por la Dra. Sheinbaum Pardo no es una simple adecuación legal, sino una declaración de principios, un grito de independencia en un mundo cada vez más complejo. El blindaje jurídico que se busca establecer a través de la modificación de los artículos 40 y 19 de nuestra Carta Magna es esencial para salvaguardar la esencia misma de nuestra nación: nuestra soberanía. No se trata de un capricho político, sino de una necesidad imperante ante las crecientes amenazas a nuestra autodeterminación.

La historia nos ha enseñado, a un alto costo, que la soberanía no se negocia, se defiende. Las intervenciones extranjeras, disfrazadas bajo diversos pretextos, han dejado profundas cicatrices en el tejido social y político de nuestro país. La orden ejecutiva del expresidente Trump, aunque no mencione directamente a México, enciende las alarmas y nos recuerda la fragilidad de la paz y la importancia de contar con mecanismos legales robustos para proteger nuestra integridad territorial. Imaginemos, por un instante, las consecuencias de permitir que fuerzas militares extranjeras operen en nuestro territorio sin nuestro consentimiento. El escenario sería catastrófico: violación de derechos humanos, pérdida de control sobre nuestras instituciones, y un daño irreparable a nuestra imagen a nivel internacional.

Es cierto que la cooperación internacional es fundamental para combatir el crimen organizado transnacional, un flagelo que afecta a toda la región. Sin embargo, esta cooperación debe darse en un marco de respeto mutuo, de igualdad soberana, y nunca a costa de nuestra independencia. No podemos permitir que la lucha contra el narcotráfico se convierta en un pretexto para la injerencia extranjera. La derecha, con su discurso entreguista, intenta minimizar la gravedad de esta situación, argumentando que la seguridad nacional justifica cualquier acción. Pero, ¿qué seguridad podemos esperar de quienes están dispuestos a sacrificar nuestra soberanía en el altar de los intereses extranjeros? Su visión cortoplacista y su falta de patriotismo representan un peligro para el futuro de México.

La reforma propuesta por la Dra. Sheinbaum Pardo es una respuesta contundente a estas amenazas. Al reafirmar nuestra soberanía como principio inalienable, y al establecer mecanismos para sancionar a quienes la vulneren, estamos enviando un mensaje claro al mundo: México es un país independiente y no tolerará injerencias en sus asuntos internos.

Respaldar esta reforma no es una cuestión de partido, es una cuestión de patria. Es un acto de responsabilidad histórica con las generaciones presentes y futuras. Debemos unirnos, sin importar nuestras diferencias ideológicas, para defender la soberanía que con tanto esfuerzo hemos conquistado. El futuro de México está en juego, y no podemos permitir que la ambición de unos pocos ponga en riesgo el bienestar de todos. Es hora de alzar la voz y defender nuestra independencia, con la misma firmeza y determinación que demostraron nuestros héroes nacionales. La historia nos llama a ser dignos herederos de su legado.