Un domingo vibrante y lleno de energía positiva inundó el Campus Mederos de la UANL. Miles de personas, unidas por un objetivo común, transformaron el circuito interior en un río humano de camisetas blancas, demostrando que la paz y la lucha contra las adicciones son banderas que ondean alto en la comunidad universitaria. No solo se trató de una carrera o una rodada, fue una fiesta cívica donde la salud física y mental se abrazaron en un ambiente de camaradería y alegría. Desde las primeras horas de la mañana, el entusiasmo era palpable. Bruni, la mascota universitaria, inyectó su contagiosa energía a los participantes mientras se preparaban para el desafío. Entrenadores profesionales guiaron la fase de calentamiento, creando una atmósfera de anticipación y motivación. El acto protocolario, encabezado por destacadas autoridades de la UANL, reafirmó el compromiso de la institución con la construcción de una sociedad más sana y pacífica.

Las palabras del Secretario General, Mario Alberto Garza Castillo, resonaron con fuerza al destacar la importancia de esta iniciativa nacional y el papel crucial que juega la UANL en la promoción de valores como la paz y el rechazo a las adicciones. Un mensaje contundente, no solo para Nuevo León, sino para todo México.

El reloj marcó las 8:00 am y la marea blanca se puso en movimiento. Ciclistas, corredores, trotadores y caminantes, todos unidos en un mismo propósito, recorrieron el circuito de más de 3 kilómetros. Familias completas, desde bebés en carriolas hasta adultos mayores, compartieron la experiencia, creando un mosaico intergeneracional que reflejaba la universalidad del mensaje. Mascotas también se sumaron a la fiesta, demostrando que la búsqueda de un mundo mejor es un anhelo compartido por todos.

La victoria de Alfredo Guzmán, de la Escuela y Preparatoria Técnica Médica, fue un símbolo del triunfo colectivo. Más allá de la competencia, lo importante fue la participación, el compromiso y la energía positiva que se respiró en cada rincón del campus. Al finalizar el recorrido, la hidratación y el box lunch se convirtieron en espacios de convivencia donde se compartieron risas, anécdotas y la satisfacción de haber contribuido a una noble causa. La foto del recuerdo inmortalizó este domingo inolvidable.

Las voces de los participantes resonaron con entusiasmo. Andrea Tijerina, estudiante de Medicina Veterinaria y Zootecnia, destacó la importancia de este tipo de eventos para fomentar la actividad física y la convivencia entre las diferentes facultades. Santiago Villarreal, docente de Artes Visuales, resaltó la oportunidad de compartir un momento especial en familia, transmitiendo valores positivos a las nuevas generaciones.

La Rodada y Carrera por la Paz y contra las Adicciones en la UANL fue mucho más que un evento deportivo. Fue una declaración de principios, un testimonio del poder transformador de la comunidad universitaria y una semilla de esperanza sembrada en el corazón de Nuevo León. Un ejemplo a seguir, una inspiración para construir un futuro más brillante y pacífico para todos.