Colima se prepara para despegar hacia un futuro de mayor conectividad y desarrollo con la ambiciosa modernización de su Aeropuerto Nacional “Miguel de la Madrid Hurtado”. La inversión de 327 millones de pesos no sólo transformará la infraestructura física, sino que catapultará al estado hacia un nuevo horizonte en el turismo, el comercio y la inversión. Imaginen un aeropuerto con una capacidad multiplicada por cinco para recibir a los viajeros que llegan a disfrutar de las maravillas colimenses, una sala de espera casi siete veces más grande para ofrecer confort y eficiencia, y un área operativa que crece un impresionante 243%. Este no es solo un cambio de imagen, es una declaración de intenciones: Colima está lista para recibir al mundo.

La modernización no se limita a la terminal. Pensemos en la seguridad y la eficiencia de una pista y calles de rodaje rehabilitadas, plataformas optimizadas que garantizan operaciones fluidas y un nivel de seguridad que cumple con los más altos estándares internacionales. Este proyecto integral, liderado por el Grupo Aeroportuario de la Marina, es una muestra del compromiso con la excelencia y la visión de futuro que impulsa esta importante obra.

La iniciativa de la presidenta Claudia Sheinbaum de otorgarle la categoría internacional al aeropuerto es la pieza clave que completa este ambicioso rompecabezas. Colima se integrará a la Red del Sistema Aeroportuario Nacional, codeándose con destinos de renombre internacional bajo la administración de la Secretaría de Marina (Semar), como Ciudad del Carmen, Guaymas, Matamoros y el imponente Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Esta integración estratégica no sólo facilitará la llegada de nuevas rutas y aerolíneas, sino que posicionará a Colima como un punto neurálgico en el mapa aeroportuario del país.

Actualmente, las rutas que conectan a Colima con Tijuana a través de Volaris y con el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) gracias a Aeroméxico, son solo el preludio de la sinfonía de conexiones que se avecinan. Con la internacionalización, el cielo colimense se abrirá a un abanico de posibilidades, atrayendo visitantes de todos los rincones del planeta y dinamizando la economía local.

Más allá del acero y el concreto, esta obra representa una apuesta decidida por el turismo como motor de desarrollo. La privilegiada ubicación del aeropuerto, a un paso de las doradas playas del Pacífico, convertirá a Colima en un destino aún más atractivo para los viajeros nacionales e internacionales. Imaginen la derrama económica que generará este flujo constante de visitantes, el impulso a los negocios locales, la creación de empleos y el fortalecimiento de la identidad colimense como un paraíso turístico. Este es el futuro que se construye hoy, un futuro de prosperidad y crecimiento impulsado por la modernización y la visión de un Colima conectado con el mundo.