
11 de agosto de 2025 a las 17:55
CDMX: Inversión histórica contra inundaciones
En una Ciudad de México cada vez más vulnerable a los embates de la naturaleza, la inversión histórica en infraestructura para combatir inundaciones se convierte en un tema crucial. Las recientes lluvias torrenciales del domingo 10 de agosto, que alcanzaron la impresionante cifra de 81 milímetros en el centro de la capital, nos recuerdan la urgencia de estas medidas. La propia Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo, ha asegurado que se están realizando esfuerzos sin precedentes para enfrentar este desafío.
Las imágenes del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) inundado, difundidas ampliamente en redes sociales, son un testimonio gráfico de la magnitud del problema. A pesar de los inconvenientes causados, la rápida respuesta de las autoridades, con el recién adquirido equipo especializado, permitió atender las zonas afectadas y minimizar los daños. La activación inmediata del Plan Tláloc, con la movilización de todos los servicios de emergencia de la capital, demuestra la preparación y la coordinación para enfrentar estas contingencias.
Sin embargo, la pregunta que surge es: ¿es suficiente la inversión actual? La propia Jefa de Gobierno reconoce la complejidad del sistema de drenaje de la ciudad, una combinación de drenaje pluvial y sanitario, que se ve rebasado ante lluvias tan intensas y prolongadas. Si bien las obras de mejora son constantes, la capacidad del sistema para desalojar el agua en tiempo real se ve comprometida ante eventos meteorológicos extremos.
La situación nos invita a reflexionar sobre la planificación urbana y la necesidad de adaptar la infraestructura a las nuevas realidades climáticas. La creciente intensidad y frecuencia de las lluvias exigen soluciones innovadoras y sostenibles. No se trata solo de reaccionar ante las emergencias, sino de prevenirlas.
Es fundamental impulsar la investigación y el desarrollo de tecnologías que permitan una gestión más eficiente del agua pluvial. Sistemas de captación y almacenamiento de agua, pavimentos permeables, techos verdes, son algunas de las alternativas que deben explorarse y implementarse a gran escala.
La participación ciudadana también es clave en este proceso. Desde la limpieza de coladeras y la correcta disposición de residuos, hasta la adopción de hábitos de consumo responsables, cada acción individual contribuye a mitigar los efectos de las inundaciones. La educación ambiental y la concientización sobre la importancia del cuidado del agua son fundamentales para construir una ciudad más resiliente.
La inversión histórica anunciada por la Jefa de Gobierno es un paso importante, pero es solo el comienzo. Se requiere un compromiso a largo plazo, que involucre a todos los actores de la sociedad, para garantizar la seguridad y el bienestar de los habitantes de la Ciudad de México frente a los desafíos del cambio climático. El futuro de nuestra ciudad depende de nuestra capacidad para adaptarnos y construir un entorno más sostenible y resistente. La pregunta que debemos hacernos es: ¿estamos preparados para el futuro?
Fuente: El Heraldo de México