La noche del domingo en el Baja Beach Fest de Rosarito prometía ser inolvidable, con el cierre a cargo del mismísimo Natanael Cano, el joven prodigio de los corridos tumbados. La expectativa era palpable, la multitud vibraba con la anticipación de escuchar en vivo los temas de su nuevo álbum "Porque la demora", incluyendo éxitos como "Perlas Negras" y "Blanca Nieves". Sin embargo, lo que nadie esperaba era presenciar un espectáculo completamente diferente, uno marcado por la controversia y la violencia.

Lo que comenzó como una falla técnica en el audio, rápidamente escaló a una confrontación explosiva entre Natanael Cano y su DJ. Según testigos, el micrófono abierto captó el inicio de la discusión, dejando al descubierto la creciente tensión entre ambos. Algunos asistentes incluso especulan que el DJ intencionalmente saboteó el espectáculo, aunque esto no ha sido confirmado. De las palabras se pasó a los golpes, en un abrir y cerrar de ojos, el escenario se convirtió en un ring improvisado. La incredulidad se apoderó del público mientras observaban atónitos cómo el artista descargaba su furia contra el DJ, culminando con la destrucción de una laptop.

Las imágenes del incidente, capturadas por cientos de celulares, se viralizaron a la velocidad de la luz. Las redes sociales se inundaron de videos, comentarios y críticas, dividiendo a la opinión pública. Mientras algunos defienden al cantante, argumentando que fue provocado, otros condenan su comportamiento, calificándolo de inapropiado e irrespetuoso hacia el público que esperaba ansioso su presentación. La polémica se intensificó aún más cuando Natanael Cano, en un gesto desafiante, mostró al público sus nudillos ensangrentados, una imagen que ha dado mucho de qué hablar.

A pesar del revuelo mediático, el cantante de 24 años ha mantenido silencio, sin emitir ningún comunicado oficial sobre lo sucedido. Por su parte, la organización del Baja Beach Fest se deslindó de las acciones de Natanael Cano y de todos los involucrados en actos violentos durante el evento. Este incidente sin duda empaña el lanzamiento de su nuevo álbum y deja un manto de incertidumbre sobre el futuro de la carrera del joven artista. ¿Será este un punto de inflexión en su trayectoria? ¿Cómo afectará esta controversia a su imagen pública? Sólo el tiempo lo dirá. Mientras tanto, el debate continúa en redes sociales, donde los hashtags #NatanaelCano, #BajaBeachFest y #pelea siguen en tendencia. Lo que es innegable es que la noche del domingo en Rosarito quedará grabada en la memoria colectiva, no por la música, sino por el escándalo.

Este incidente plantea interrogantes cruciales sobre el manejo de la presión en la industria musical, la importancia del profesionalismo en el escenario y el impacto de las redes sociales en la percepción pública. ¿Se justifica la violencia ante una falla técnica? ¿Es la fama una excusa para comportamientos inapropiados? La discusión está abierta.