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11 de agosto de 2025 a las 12:30

Alerta: Ganancias bancarias en declive.

La banca mexicana se encuentra en una encrucijada. Tras un periodo de bonanza impulsado por el aumento de las tasas de interés, el panorama comienza a cambiar. Los recortes implementados por el Banco de México (Banxico) empiezan a surtir efecto, frenando el ritmo de crecimiento de las ganancias de las instituciones financieras. Si bien las cifras aún reflejan beneficios récord, la desaceleración es innegable y plantea interrogantes sobre el futuro del sector.

El auge de los ingresos por intereses, que se convirtieron en la principal fuente de recursos de la banca a partir de 2022, permitió no solo cubrir los costos operativos, sino también registrar ganancias históricas. Este fenómeno, impulsado por el ciclo de alzas en la tasa de interés interbancaria iniciado por Banxico en junio de 2021 para combatir la inflación post-pandemia, generó un escenario excepcionalmente favorable para las instituciones financieras.

Recordemos que, en respuesta a la crisis sanitaria, la economía global experimentó una fuerte contracción, y México no fue la excepción. Para estimular la actividad económica y controlar la inflación, Banxico implementó una política monetaria expansiva, que incluyó la reducción de las tasas de interés. Sin embargo, la recuperación económica y la persistencia de presiones inflacionarias llevaron a la institución a revertir el rumbo y comenzar a incrementar las tasas.

Esta decisión tuvo un impacto directo en los ingresos de la banca. Al aumentar el costo del dinero, los bancos pudieron obtener mayores márgenes en sus operaciones de crédito. Este efecto se vio amplificado por el crecimiento de la cartera de crédito, que se recuperó con fuerza tras la contracción sufrida durante la pandemia.

Sin embargo, la fiesta parece estar llegando a su fin. Los recortes a la tasa de interés implementados por Banxico a partir de marzo de 2024, y con mayor intensidad en el presente año, han comenzado a moderar el crecimiento de los ingresos por intereses. La desaceleración, que ya se observa desde junio de 2023, se ha acentuado en los últimos meses, pasando de incrementos de doble dígito a alzas nominales de un solo dígito.

Este cambio de escenario plantea un desafío para la banca mexicana. Las instituciones financieras deberán adaptarse a un entorno de menores márgenes de interés y buscar nuevas estrategias para mantener su rentabilidad. La diversificación de sus fuentes de ingresos, la optimización de costos y la innovación en productos y servicios serán claves para afrontar este nuevo contexto.

Además, la desaceleración del crecimiento de las ganancias bancarias podría tener implicaciones para la economía en su conjunto. Una menor rentabilidad del sector financiero podría traducirse en una reducción del crédito disponible para empresas y familias, lo que a su vez podría afectar la inversión y el consumo.

El futuro de la banca mexicana dependerá de su capacidad para adaptarse a este nuevo escenario. La innovación, la eficiencia y la prudencia en la gestión del riesgo serán fundamentales para navegar en estas aguas turbulentas y asegurar la estabilidad y el crecimiento del sector. El seguimiento de las decisiones de Banxico y su impacto en la economía serán cruciales para entender la evolución de este panorama financiero.

Fuente: El Heraldo de México