Un nuevo ciclo, una nueva generación de universitarios, una renovada esperanza para México. Más de 84 mil jóvenes, llenos de ilusiones y con la mirada puesta en el futuro, cruzan las puertas de la UNAM, la máxima casa de estudios del país, para iniciar su camino en el bachillerato y la licenciatura. No son solo números, son historias individuales que se entrelazan para formar un vibrante mosaico de talento y potencial. Imaginen la energía que se concentra en los pasillos, en las aulas, en los laboratorios, con la llegada de estos nuevos integrantes a la comunidad universitaria. Un soplo de aire fresco que revitaliza el espíritu de una institución con más de un siglo de historia.

El rector Leonardo Lomelí Vanegas, en su mensaje de bienvenida, no solo les extendió un saludo, sino que les confió una responsabilidad: ser los arquitectos de un México mejor. Les recordó el compromiso de la UNAM con la libertad de pensamiento, el respeto a la diversidad y la búsqueda incansable de la verdad. Valores que, en estos tiempos convulsos, se erigen como faros que guían el camino hacia un futuro más justo y equitativo. Y es que, ¿qué mayor privilegio que formar parte de una universidad que apuesta por la inteligencia, la creatividad y las capacidades de sus estudiantes?

La UNAM no se limita a impartir conocimientos, forma ciudadanos críticos, con la capacidad de analizar la realidad y proponer soluciones innovadoras a los desafíos que enfrentamos como sociedad. Jóvenes capaces de pensar con independencia y actuar con empatía, cualidades esenciales para construir un mundo más sustentable y solidario. El rector Lomelí Vanegas los exhortó a vivir a plenitud su experiencia universitaria, a aprovechar cada oportunidad para aprender, crecer y contribuir al desarrollo del país.

El crecimiento de la matrícula en la UNAM durante el siglo XXI es una prueba irrefutable del prestigio y la calidad educativa que la caracterizan. De 245 mil estudiantes en el ciclo 2000-2001 a más de 373 mil en el presente ciclo escolar, el aumento es significativo y refleja la confianza que las familias mexicanas depositan en la institución. Cada uno de estos jóvenes representa una inversión en el futuro de México, una apuesta por el conocimiento como motor de progreso y transformación.

La Universidad Nacional Autónoma de México no es solo un espacio de formación académica, es un crisol de ideas, un lugar de encuentro para mentes brillantes, un semillero de talento que nutre al país con profesionales comprometidos con su desarrollo. Con la llegada de estos 84 mil nuevos estudiantes, la UNAM renueva su compromiso con la educación pública y autónoma de excelencia, y se consolida como un referente a nivel nacional e internacional. El futuro está en sus manos, y la Universidad está ahí para acompañarlos en cada paso del camino. ¡Bienvenidos a la UNAM!