La fiebre por la novia cadavérica ha llegado a México y ha dejado una estela de suspiros, frustraciones y precios desorbitados. El pasado viernes 8 de agosto, la esperadísima muñeca Emily de "El Cadáver de la Novia", fruto de la colaboración entre Monster High Skullector y el universo gótico de Tim Burton, aterrizó en tierras mexicanas para conmemorar el 20 aniversario de la película. La expectación era palpable, el aire se cargaba con la emoción de los coleccionistas, y como era de prever, las pocas unidades disponibles se evaporaron en un abrir y cerrar de ojos.

La estrategia de limitar la venta a una muñeca por persona, implementada en diversos establecimientos, resultó ser una barrera endeble frente a la implacable marea de revendedores, quienes, cual ágiles espectros, acapararon las existencias para luego ofrecerlas a precios que harían palidecer al mismísimo Victor Van Dort. De los 1,600 a 2,299 pesos que costaba la muñeca en tiendas oficiales, el precio se disparó a cifras escalofriantes que oscilan entre los 5,500 en grupos de compraventa de Facebook, hasta la friolera de 8,000 pesos en plataformas como Mercado Libre. Un auténtico festín para los especuladores, pero una amarga píldora para los verdaderos fans.

La indignación no se ha hecho esperar. Las redes sociales arden con la furia de los coleccionistas, quienes ven cómo la oportunidad de poseer esta joya se les escapa de las manos, víctima de la avaricia desmedida. Y no es para menos. La muñeca Emily de Monster High es una obra de arte en miniatura. Cada detalle ha sido cuidado con mimo: desde el tocado con enredaderas negras y el etéreo velo de encaje adornado con mariposas, hasta el icónico gusano que reside en su cabeza. El vestido azul, con texturas que imitan a la perfección las telarañas, es una oda al estilo gótico y romántico de la película.

Pero la exquisitez no termina ahí. La figura viene acompañada de una serie de accesorios que la convierten en una pieza de coleccionista aún más codiciada. Una elegante base para exhibirla, calentadores transparentes en brazos y piernas, e incluso una miniatura de Scraps, el fiel compañero canino de Victor, completan este conjunto de ensueño.

¿Es justificable este aumento desproporcionado de precio? El debate está servido. Mientras algunos argumentan que se trata de la simple ley de la oferta y la demanda, otros denuncian la falta de ética de los revendedores, que se aprovechan de la pasión de los coleccionistas para obtener beneficios exorbitantes. Lo cierto es que la situación ha dejado un sabor agridulce entre los fans de "El Cadáver de la Novia", quienes ahora se debaten entre la resignación y la esperanza de que Mattel decida lanzar una nueva tirada de esta codiciada muñeca. ¿Se hará realidad su deseo o estarán condenados a vagar por el limbo de los coleccionistas sin su anhelada Emily? Solo el tiempo lo dirá.