Logo
NOTICIAS
play VIDEOS

Inicio > Noticias > Política Internacional

10 de agosto de 2025 a las 09:10

Gaza: ¿Occidente sin moral?

La declaración de Netanyahu no es un evento aislado, sino la cristalización de una política sistemática de opresión que ha ido escalando durante décadas. Es el reflejo de una impunidad consentida, alimentada por la inacción internacional y la complicidad de potencias como Estados Unidos. Ya no se trata de un conflicto, sino de un asedio metódico, una estrategia de aniquilación que busca borrar a Palestina del mapa, no solo física, sino también histórica y culturalmente.

La Franja de Gaza, convertida en una prisión a cielo abierto, sufre un castigo colectivo sin precedentes. Las imágenes que nos llegan, aunque censuradas y controladas, hablan por sí solas: hospitales bombardeados, niños desnutridos, familias enteras buscando refugio entre los escombros. El bloqueo, lejos de ser una medida de seguridad, es un arma de guerra que castiga a la población civil y la somete a una lenta agonía. ¿Cómo podemos, como comunidad internacional, seguir tolerando esta barbarie? ¿Cómo podemos hablar de derechos humanos mientras miramos hacia otro lado?

La retórica de la "defensa propia" se ha convertido en un escudo para justificar lo injustificable. Israel se arroga el derecho de violar sistemáticamente el derecho internacional amparándose en una supuesta amenaza, mientras que la verdadera amenaza, la de la desaparición de todo un pueblo, es ignorada. La desproporción de la respuesta, la crueldad del asedio y la negación de la ayuda humanitaria demuestran que el objetivo no es la seguridad, sino el sometimiento.

La postura de Estados Unidos es particularmente preocupante. No solo no condena las acciones de Israel, sino que las avala con su apoyo político, económico y militar. Esta complicidad alimenta el ciclo de violencia y perpetúa el sufrimiento del pueblo palestino. La administración Trump, con su retórica belicista y su desprecio por el derecho internacional, ha dado carta blanca a Israel para actuar con total impunidad.

Europa, por su parte, se debate entre la tibia condena y la necesidad de mantener relaciones estratégicas con Israel. Las declaraciones de preocupación humanitaria suenan huecas ante la falta de acciones concretas. El reconocimiento de Palestina como Estado por parte de algunos países, aunque simbólicamente importante, llega tarde y no se traduce en medidas que puedan aliviar el sufrimiento de la población.

La narrativa de los "dos Estados" se desmorona ante la realidad de una ocupación que avanza implacable. ¿Qué queda de Palestina para ser reconocido como Estado? Territorios fragmentados, una población desplazada, una economía devastada. La solución de los dos Estados ya no es una opción viable, sino una quimera que sirve para perpetuar el statu quo.

Es hora de que la comunidad internacional asuma su responsabilidad y actúe con decisión. No basta con condenar la violencia, es necesario implementar sanciones contra Israel, exigir el fin del bloqueo a Gaza y garantizar el respeto del derecho internacional. El silencio y la inacción nos hacen cómplices de este crimen contra la humanidad.

México, con su larga tradición de defensa del derecho internacional y la autodeterminación de los pueblos, tiene un papel fundamental que jugar. Debe alzar la voz en los foros internacionales, condenar enérgicamente las acciones de Israel y exigir el fin de la ocupación. No podemos permitir que la historia nos juzgue por nuestra indiferencia ante el sufrimiento del pueblo palestino. Es hora de actuar, antes de que sea demasiado tarde.

Fuente: El Heraldo de México