
9 de agosto de 2025 a las 17:05
Justicia para Michelle: ¿Libre la bacteria "come carne"?
La tragedia de Michelle Cobo, una joven llena de vida con tan solo 20 años, continúa resonando en los corazones de sus seres queridos casi una década después. El dolor por su partida, ocurrida en 2016 tras una serie de negligencias médicas en una clínica de Quito, se agudiza ante la reciente decisión de la Corte Nacional de Justicia que declara la prescripción de la acción penal por homicidio culposo. Esta resolución, que podría significar la libertad de los acusados, abre una herida profunda en la familia Cobo Vallejo y siembra la indignación en la sociedad ecuatoriana. "Gracias a sus propias maniobras dilatorias, lograron evitar la sentencia definitiva," expresa con amargura la familia en un comunicado, resumiendo el sentir de quienes han seguido de cerca este doloroso proceso.
La historia se remonta a aquel fatídico 2016, cuando Michelle ingresó a la clínica para una cirugía estética. Lo que debía ser un procedimiento rutinario se convirtió en una pesadilla. Una bacteria “come carne”, la Vibrio vulnificus, se alojó en su organismo, presumiblemente debido a la contaminación de la sala de quirófano. La infección generalizada que se desencadenó culminó en un paro cardíaco que le arrebató la vida. Los responsables, identificados como los médicos Hugo T.C., Carlos H.B. y la gerente María M.J., enfrentaron la justicia por homicidio culposo.
En 2019, un rayo de esperanza iluminó el camino de la familia Cobo Vallejo: la Corte Nacional de Justicia sentenció a los médicos a cuatro años de cárcel. Sin embargo, la apelación interpuesta por la defensa dilató el proceso y aumentó la pena a seis años y ocho meses para los médicos y tres años para la exgerente. Ahora, tras más de 3.200 días de lucha incansable por obtener justicia, la prescripción del delito deja a la familia con un sabor amargo y la sensación de impunidad. "La prescripción no es justicia, es un premio a la estrategia del desgaste," denuncia el padre de Michelle, con la voz quebrada por la impotencia. Sus palabras reflejan el clamor de una familia que ha visto cómo el sistema judicial, en lugar de brindar consuelo y reparación, se ha convertido en un laberinto de tecnicismos y dilaciones que favorecen a los acusados.
Este caso no es un hecho aislado. La sombra de la negligencia médica se cierne sobre el sistema de salud, y la historia de Michelle se suma a la de otras víctimas que han perdido la vida por prácticas irresponsables. La falta de control y la permisividad ante irregularidades, como las que permitieron a Hugo T.C. y Carlos H.B. operar en la Clínica San Gabriel sin la autorización del Ministerio de Salud Pública, son factores que contribuyen a estas tragedias.
La indignación de la familia Cobo Vallejo es compartida por un amplio sector de la sociedad ecuatoriana que exige respuestas y medidas concretas para evitar que casos como el de Michelle se repitan. La prescripción del delito no solo deja impune la muerte de una joven, sino que también envía un mensaje peligroso: la justicia puede ser burlada con el tiempo y las estrategias adecuadas. ¿Cuánto tiempo más tendremos que esperar para que la negligencia médica sea tratada con la seriedad que merece? ¿Cuántas vidas más se perderán antes de que se implementen controles efectivos y se sancione con rigor a los responsables? Estas son las preguntas que resuenan hoy en Ecuador, mientras la familia de Michelle Cobo continúa su lucha por la verdad y la justicia.
Fuente: El Heraldo de México