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9 de agosto de 2025 a las 23:30

¿Huaraches robados? El escándalo de Willy Chavarria.

La controversia en torno a Willy Chavarria y sus "Oaxaca Slip On" ha desatado un debate crucial sobre la apropiación cultural en la industria de la moda. El diseñador, un ícono de la moda latina en Estados Unidos, se encuentra en el ojo del huracán tras ser acusado de plagiar el diseño de los huaraches de Villa Hidalgo Yalálag, Oaxaca. Este caso no es un incidente aislado, sino que refleja una problemática mayor: la delgada línea entre la inspiración y la explotación de la cultura.

La trayectoria de Chavarria es, sin duda, admirable. Desde sus humildes orígenes en Huron, California, hasta las pasarelas de París y Nueva York, su ascenso meteórico es un testimonio de su talento y perseverancia. Su trabajo ha resonado con millones, especialmente dentro de la comunidad latina, al incorporar elementos de la cultura chicana en sus diseños. Vestir a celebridades como Maluma, Bad Bunny y J Balvin lo ha catapultado a la fama internacional, convirtiéndolo en un referente de la moda contemporánea. Su inclusión en la lista de las 100 personas más influyentes de Time en 2025 solidificó su posición como un visionario en la industria.

Sin embargo, el éxito no lo exime de la responsabilidad. La acusación de apropiación cultural plantea interrogantes sobre la ética de su proceso creativo. ¿Se inspiró en la artesanía oaxaqueña o la copió sin el debido reconocimiento? La indignación de los artesanos de Villa Hidalgo Yalálag es comprensible. Sus huaraches, tejidos con técnicas ancestrales transmitidas de generación en generación, representan su identidad cultural y su sustento económico. Ver su trabajo replicado en una línea de calzado de una multinacional como Adidas, sin su consentimiento ni compensación, es un acto de injusticia.

La respuesta de los gobiernos local y federal, con la intervención de la presidenta Claudia Sheinbaum y el gobernador Salomón Jara, demuestra la gravedad del asunto. La promesa de buscar un resarcimiento para la comunidad afectada es un paso importante, pero también es necesario establecer mecanismos para prevenir futuros casos de apropiación cultural. El diálogo entre las marcas, los diseñadores y las comunidades originarias es fundamental para garantizar el respeto a la propiedad intelectual y cultural.

La polémica de los "Oaxaca Slip On" no debe eclipsar la importante contribución de Chavarria a la moda. Su trabajo ha visibilizado la riqueza cultural latina en un contexto global. Sin embargo, este incidente sirve como un llamado a la reflexión. La creatividad no debe ser a expensas de la cultura de otros. La inspiración debe ser un puente, no un muro. El futuro de la moda depende de la capacidad de la industria para abrazar la diversidad y el respeto mutuo. El caso de Chavarria es una oportunidad para aprender y construir un futuro más justo e inclusivo. ¿Será capaz el diseñador de reconocer su error y trabajar con la comunidad afectada para encontrar una solución? El mundo de la moda lo observa con atención.

Fuente: El Heraldo de México