
9 de agosto de 2025 a las 08:15
Adidas vs. Oaxaca: ¿Quién gana?
La reciente controversia en torno a la línea de huaraches "Oaxaca Slip On" de Adidas, en colaboración con Willy Chavarría, ha encendido un debate crucial sobre la apropiación cultural y el reconocimiento del patrimonio indígena. El eco de esta polémica, amplificado por la figura del cantante Bad Bunny, nos obliga a reflexionar sobre la delgada línea que separa la inspiración del plagio, y sobre la importancia de proteger las expresiones culturales de las comunidades originarias.
El secretario de Cultura de Oaxaca, Flavio Sosa, ha expresado con claridad la preocupación del estado. Sus palabras, resonando en las ondas de Heraldo Radio, pintan un cuadro preciso de la situación: el inconfundible parecido del diseño de Adidas con el huarache tradicional de Villa Hidalgo, Yalalag. Un huarache que no es simplemente calzado, sino una pieza clave de la identidad cultural zapoteca, tejida con la historia y la tradición de generaciones. En Oaxaca, los huaraches hablan. Narran historias de la tierra, del clima, de las manos artesanas que los moldean. Cada región tiene su propio lenguaje, su propia forma de trenzar las tiras de cuero, de dar vida a una prenda que trasciende su función utilitaria para convertirse en símbolo.
La experta mirada de Sosa distingue con facilidad el huarache del valle, el de la costa, el de la mixteca. Cada uno con su propia personalidad, su propia narrativa. Y en el "Oaxaca Slip On", reconoce el inconfundible trazo de Villa Hidalgo. Un diseño que no puede, no debe ser desvinculado de su contexto, de la comunidad que lo ha creado y preservado a lo largo del tiempo. Hablamos de un legado ancestral, que se remonta a la época prehispánica, y que forma parte integral de la riqueza cultural de Oaxaca.
La pronta respuesta de Adidas, contactando al gobierno oaxaqueño, abre una ventana de oportunidad. El diálogo que se establecerá entre la empresa, el gobierno estatal, la Secretaría de Cultura federal y la comunidad de Villa Hidalgo es un paso fundamental hacia una solución justa y respetuosa. Este encuentro no se trata simplemente de una negociación comercial, sino de un reconocimiento profundo del valor cultural del huarache zapoteca.
La expectativa es que este diálogo genere un precedente. Un precedente que proteja el patrimonio cultural de las comunidades indígenas, que promueva la colaboración respetuosa con las marcas y que, sobre todo, reconozca el valor intangible de las tradiciones ancestrales. Es imperativo que las empresas, al inspirarse en la riqueza cultural de un pueblo, lo hagan con respeto, con sensibilidad y con un compromiso genuino de retribuir a las comunidades que originaron esas expresiones culturales. El futuro de la artesanía tradicional depende, en gran medida, de este tipo de diálogos, de la capacidad de construir puentes entre la industria y la cultura, entre la innovación y la tradición. El caso del "Oaxaca Slip On" se convierte así en un símbolo, en un llamado a la reflexión sobre cómo interactuamos con la cultura y cómo protegemos el legado de nuestros pueblos originarios.
Fuente: El Heraldo de México