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8 de agosto de 2025 a las 05:30

Terror en Veracruz: Familia asaltada en montaña

La tranquilidad de un viaje familiar se transformó en una pesadilla en la noche del 6 de agosto. Cinco personas, cuatro adolescentes y un hombre con discapacidad, originarios de Hidalgo, vivieron momentos de terror al ser víctimas de un asalto armado en la autopista 150-D, Orizaba-Puebla, un tramo carretero que lamentablemente se ha convertido en escenario de la inseguridad que azota a nuestro país. Regresaban de un viaje de placer, de las soleadas playas de Mérida, Yucatán, con la ilusión de volver a casa, pero sus sueños se vieron truncados por la violencia. Imaginen el contraste: de la alegría del viaje a la angustia de la incertidumbre, rodeados por la oscuridad de la noche y la imponente presencia de las montañas de Cumbres de Maltrata, Veracruz.

A bordo de su camioneta SUV, transitaban confiados, ajenos a la amenaza que se cernía sobre ellos. A la altura de la congregación Magueyes, un comando armado los interceptó. Los detalles del asalto aún se investigan, pero lo que es innegable es el trauma que esta experiencia ha dejado en estas jóvenes víctimas y en el adulto que las acompañaba, un hombre con discapacidad a quien, con total falta de humanidad, abandonaron a la intemperie, con sus muletas a un lado, en medio de la fría noche montañosa. ¿Qué clase de individuos son capaces de semejante crueldad?

En medio de la desesperación, la astucia y el valor de uno de los jóvenes fue clave para su rescate. Con una valentía admirable, logró ocultar un teléfono celular y, desafiando las circunstancias, realizó una llamada de auxilio. Ese pequeño aparato se convirtió en un hilo de esperanza, un enlace con la vida. Proporcionó su ubicación a las autoridades, una señal en medio de la vasta extensión montañosa.

La respuesta de la Guardia Nacional no se hizo esperar. Tras recibir la alerta, se implementó un operativo de búsqueda y localización en el tramo de la autopista. Imaginemos a los elementos de la Guardia Nacional, adentrándose cinco kilómetros en la intrincada montaña, con la presión del tiempo y la esperanza de encontrar con vida a las víctimas. Finalmente, en la madrugada del jueves, la angustiosa búsqueda tuvo un final feliz. Localizaron a la familia, dos de cuyos miembros presentaban síntomas de hipotermia, una muestra palpable del duro trance vivido. Recibieron atención médica inmediata.

A pesar del despliegue de las fuerzas de seguridad, los asaltantes lograron escapar. Sin embargo, la investigación no termina aquí. La familia ha presentado la denuncia correspondiente ante la Fiscalía y se ha iniciado una carpeta de investigación. Se espera que los datos aportados por las víctimas ayuden a identificar y capturar a los responsables de este acto criminal. La justicia debe prevalecer.

Este caso nos recuerda la vulnerabilidad que enfrentamos en las carreteras del país. Es un llamado a las autoridades para reforzar la seguridad en las vías de comunicación y a la sociedad para estar alerta y solidarios ante situaciones similares. La historia de esta familia nos conmueve, pero también nos inspira por la valentía demostrada en momentos de extrema adversidad. Esperamos que se haga justicia y que esta familia pueda superar este traumático episodio. La seguridad en nuestras carreteras no debe ser un privilegio, sino un derecho fundamental.

Fuente: El Heraldo de México