
8 de agosto de 2025 a las 03:35
Sueño chiapaneco cruza el Canal.
La travesía de Carlos Moreno Guzmán a través del Canal de la Mancha no es simplemente una hazaña deportiva, es una oda a la resiliencia humana. Imaginen sumergirse en las aguas gélidas del Atlántico Norte, sin la protección de un traje de neopreno, con la sola fuerza de la voluntad como escudo contra el frío que cala hasta los huesos. Visualicen la inmensidad del mar extendiéndose ante ustedes, 34 kilómetros de brazada tras brazada, un desafío titánico que pondría a prueba incluso al más experimentado de los nadadores. Ahora, añadan a la ecuación las corrientes impredecibles que juegan con el rumbo, la amenaza constante de las medusas que acechan bajo la superficie y el agotamiento que se apodera del cuerpo con cada metro recorrido. Este es el escenario que Carlos Moreno Guzmán, un chiapaneco con un corazón tan vasto como el océano, decidió conquistar.
No se trata solo de la fortaleza física, aunque sin duda, el entrenamiento riguroso al que se sometió durante años fue crucial. Hablamos de una fortaleza mental inquebrantable, de una disciplina forjada en el crisol de la perseverancia. Moreno Guzmán no solo nadó contra la corriente, nadó contra sus propios límites, contra la voz interior que le susurraba la imposibilidad de la hazaña. Catorce horas de nado continuo, una batalla contra el frío, el cansancio y la inmensidad del océano. Cada brazada era una victoria, cada respiro un acto de rebeldía contra las adversidades. Y al final, la costa francesa, la meta anhelada, la culminación de un sueño que parecía inalcanzable.
Pero la historia de Carlos Moreno Guzmán no termina en las costas francesas. Su triunfo en el Canal de la Mancha fue el trampolín hacia nuevos desafíos, la confirmación de que no hay límites para quien se atreve a soñar en grande. El "New York Open Water" en 2019, las maratones acuáticas en el Golfo de México y el Pacífico, cada competencia es una nueva oportunidad para demostrar que la pasión por la natación puede romper barreras geográficas y culturales.
Más allá de los títulos y las medallas, Carlos Moreno Guzmán se ha convertido en un faro de inspiración para la juventud chiapaneca. Su historia no se limita a las páginas de la prensa deportiva, se escribe en los corazones de los jóvenes que ven en él un ejemplo a seguir. Sus charlas motivacionales, sus entrenamientos y su incansable labor de promoción deportiva son un testimonio de su compromiso con su comunidad, la prueba fehaciente de que el deporte puede transformar vidas.
Carlos Moreno Guzmán no solo conquistó el Canal de la Mancha, conquistó el respeto y la admiración de todo un país. Su legado trasciende el ámbito deportivo, se convierte en un símbolo de perseverancia, un recordatorio de que los sueños, por más lejanos que parezcan, pueden alcanzarse con esfuerzo, dedicación y una pasión inquebrantable. Su historia nos invita a desafiar nuestras propias limitaciones, a sumergirnos en las aguas profundas de nuestros anhelos y a nadar contra la corriente, con la certeza de que en la otra orilla nos espera la victoria.
Fuente: El Heraldo de México