La sombra del miedo se extiende sobre el municipio de Juárez, Nuevo León, tras el macabro hallazgo realizado por un par de niños que jugaban a la orilla del Río Santa Catarina. La tarde del jueves 7 de agosto se transformó en una pesadilla cuando, entre la vegetación, descubrieron lo impensable: un cuerpo sin vida, abandonado a su suerte. La inocencia de un juego infantil se quebró ante la cruda realidad de la violencia. Imaginen la escena: dos pequeños, absortos en su mundo de fantasía, de pronto se topan con el horror. El impacto emocional, la confusión, el terror que debieron experimentar al comprender la magnitud del descubrimiento. Corrieron a sus hogares, con el corazón latiendo a mil por hora, para relatar a sus padres la escalofriante experiencia.

La noticia corrió como la pólvora. La comunidad de Juárez, una vez más, se ve confrontada con la violencia que azota a la región. La llegada de las autoridades, las luces parpadeantes de las patrullas, el murmullo de los vecinos… un escenario que lamentablemente se repite con demasiada frecuencia. Los elementos de la Policía Municipal acordonaron la zona, mientras que el personal de la Secretaría Médica Forense (SEMEFO) realizaba las labores correspondientes, recogiendo evidencias y trasladando el cuerpo para la autopsia de ley. La incertidumbre se cierne sobre la identidad del fallecido y las circunstancias que rodean su muerte. ¿Quién era? ¿Cómo llegó ahí? ¿Quiénes son los responsables de este acto atroz? Preguntas que claman por respuestas.

Este lamentable suceso se suma al descubrimiento de restos humanos en un terreno baldío de la colonia Paseo Santa Fe, tan solo un día antes, el 6 de agosto. Un trabajador municipal, durante sus labores de limpieza, se topó con una bolsa negra que emanaba un olor putrefacto. Otro recordatorio de la violencia que se ensaña con Nuevo León. Dos hallazgos en menos de 24 horas, dos familias que posiblemente buscan a sus seres queridos, dos tragedias que marcan a la comunidad.

Las cifras son alarmantes. El Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO) revela la cruda realidad: 175 personas reportadas como desaparecidas en Nuevo León fueron encontradas sin vida el año pasado. Una estadística que coloca al estado en el segundo lugar a nivel nacional, solo por detrás del Estado de México, con 210 casos. La violencia no da tregua y las familias siguen buscando respuestas, justicia y el consuelo que solo puede traer el cierre de un capítulo tan doloroso.

La Agencia Estatal de Investigaciones (AEI) y los peritos de Criminalística trabajan incansablemente para esclarecer los hechos. Cada pieza de evidencia, cada testimonio, cada detalle es crucial para construir la carpeta de investigación y llevar a los responsables ante la justicia. La esperanza se aferra a la posibilidad de que estos crímenes no queden impunes y que las familias de las víctimas puedan encontrar un poco de paz en medio del dolor. La comunidad de Juárez, conmocionada y dolida, exige justicia y seguridad. ¿Hasta cuándo seguirá la violencia cobrando vidas inocentes? ¿Cuándo podrán los niños jugar sin miedo a la orilla del río? Preguntas que resuenan en el aire, esperando respuestas que parecen lejanas.