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8 de agosto de 2025 a las 12:25
Movilidad sin límites: Sillas para lomitos.
La historia de Erik Isaac Pérez Ortega, un joven leonés de 24 años, es un testimonio conmovedor de cómo la pasión, la creatividad y la empatía pueden unirse para crear un impacto positivo en el mundo. Egresado de Ingeniería Biomédica de la Universidad Politécnica del Bicentenario, Erik se encontró con la desalentadora realidad de la falta de oportunidades laborales en su campo. Sin embargo, lejos de desanimarse, decidió canalizar sus conocimientos y habilidades hacia una noble causa: la creación de sillas de ruedas a bajo costo para animales con discapacidades.
Su amor por los perros, en particular, fue la chispa que encendió este proyecto. Imaginen la satisfacción de devolverle la movilidad a un compañero fiel que, por circunstancias de la vida, ha perdido la capacidad de correr y jugar. Erik, trabajando codo a codo con su padre en la herrería familiar, comenzó a materializar su visión.
El camino no ha sido fácil. Su primera incursión en las redes sociales, hace un año, apenas generó un solo contacto. Sin embargo, esa experiencia, lejos de desanimarlo, le sirvió como un valioso aprendizaje. Con perseverancia y una estrategia renovada, una nueva publicación en redes sociales se viralizó hace apenas un mes, desatando una ola de solicitudes y apoyo que superó todas sus expectativas.
En tan solo una semana, la demanda por sus prótesis personalizadas se disparó a 30, provenientes de rescatistas, organizaciones protectoras de animales y particulares, principalmente de Querétaro, Jalisco y la Ciudad de México. La historia de Erik se difundió como un reguero de pólvora, llegando a oídos de personas con animales de las más diversas especies en necesidad de asistencia. "Me preguntaron si le puedo hacer una silla a una tortuga, ¡claro que sí!, dije", comparte Erik con entusiasmo, demostrando su compromiso incondicional con el bienestar animal.
La fabricación de estas sillas de ruedas es un proceso que combina ingenio y precisión. Erik utiliza PVC e impresión 3D para crear estructuras a la medida de cada animal, adaptándose a sus necesidades específicas. Uno de los mayores retos, confiesa, ha sido encontrar las ruedas adecuadas. Deben ser ligeras para no representar una carga adicional para el animal, pero al mismo tiempo lo suficientemente robustas para sortear diferentes terrenos sin atascarse. Esta búsqueda, aunque ardua, es un paso fundamental para garantizar la funcionalidad y comodidad de las sillas.
Para acceder a una de estas prótesis, los interesados deben completar un formulario a través de la página de Facebook de Erik, "Erik IP". Si bien las sillas se ofrecen a bajo costo, Erik también las fabrica de forma gratuita para aquellos dueños que no pueden costearlas, demostrando una generosidad que conmueve. Además, la iniciativa ha recibido diversas donaciones, un apoyo crucial que le ha permitido ampliar su alcance y ayudar a un mayor número de animales.
La historia de Erik Isaac Pérez Ortega es un ejemplo inspirador de cómo la adversidad puede transformarse en oportunidad. Es una muestra de que la innovación y la solidaridad pueden ir de la mano, y de que incluso en tiempos difíciles, el espíritu emprendedor y el amor por los animales pueden generar un cambio significativo en la vida de muchos. Su trabajo no solo devuelve la movilidad a animales en situación vulnerable, sino que también nos recuerda la importancia de la compasión y la responsabilidad que tenemos con todos los seres vivos.
Fuente: El Heraldo de México