
8 de agosto de 2025 a las 18:10
INE: ¿garante en la reforma electoral?
La consejera presidenta del INE, Guadalupe Taddei, ha abierto un camino crucial hacia el diálogo en torno a la reforma electoral. Su intención de establecer comunicación con la comisión presidencial y la comisión legislativa encargadas del proyecto de ley es una señal alentadora. Este diálogo, como bien lo subraya el consejero Uuc-kib Espadas Ancona, no solo es deseable sino imprescindible. El INE, con décadas de experiencia en la organización de procesos electorales, posee un conocimiento técnico invaluable que no puede ser ignorado. Intentar una reforma electoral sin la participación del INE sería como navegar en un mar desconocido sin brújula ni mapas. Las consecuencias podrían ser catastróficas, llevando a deficiencias legislativas que, como en el caso de la reforma judicial, requieran correcciones improvisadas y pongan en riesgo la integridad del sistema electoral.
La experiencia acumulada por el INE es un tesoro institucional. Desde la logística de la organización de las elecciones hasta la capacitación de los funcionarios de casilla, el organismo ha desarrollado mecanismos complejos pero efectivos para garantizar la transparencia y la imparcialidad del proceso. Ofrecer esta experiencia a la comisión encargada de redactar la Reforma Electoral no compromete la autonomía ni la independencia del INE, sino que la fortalece al asegurar que las decisiones se tomen con base en el conocimiento y no en la improvisación. Imaginen la complejidad de coordinar millones de votos, garantizar la seguridad de las urnas, capacitar a miles de funcionarios, y hacerlo todo con la transparencia y la imparcialidad que exige un proceso democrático. Esta es la labor titánica que el INE ha realizado durante décadas, y su experiencia en este campo es un activo invaluable para el país.
La apertura al diálogo por parte de la comisión presidencial es fundamental. Escuchar las voces de la sociedad, de los partidos políticos, de las organizaciones civiles, de los académicos y, por supuesto, del INE, es esencial para construir una reforma electoral que fortalezca la democracia. Una reforma de esta magnitud, que impactará la manera en que los ciudadanos eligen a sus representantes y gobernantes, requiere una discusión amplia, profunda y serena. No se trata de imponer visiones, sino de construir consensos. La democracia es un proceso dinámico y la reforma electoral debe ser el resultado de un diálogo inclusivo y participativo. El futuro de nuestra democracia depende de ello.
La selección de los funcionarios de casilla, por ejemplo, es un tema crucial que requiere la experiencia del INE. Estos ciudadanos, encargados de custodiar el voto, son un pilar fundamental del sistema electoral. Su imparcialidad es esencial para garantizar la legitimidad del proceso. Simplificar los mecanismos de selección, buscando reducir costos o agilizar procesos, podría poner en riesgo la integridad de las elecciones. El INE, con su experiencia en este campo, puede aportar soluciones que optimicen los procesos sin comprometer la imparcialidad de los funcionarios de casilla. El equilibrio entre eficiencia y transparencia es crucial para la salud de nuestra democracia. La reforma electoral no debe ser un salto al vacío, sino un paso firme y seguro hacia un sistema electoral más robusto y confiable. El diálogo y la colaboración entre el INE y las instancias encargadas de la reforma son la mejor garantía de que así sea.
Fuente: El Heraldo de México