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9 de agosto de 2025 a las 00:20
¡Impacto en parque acuático!
La alegría y la emoción de un día en familia en un parque acuático se transformaron en una pesadilla en cuestión de segundos. Un inocente juego entre padre e hijo frente a la salida de un tobogán acuático culminó en un terrible accidente que hoy mantiene a un pequeño de seis años, Gleb, luchando por su vida en un hospital de San Petersburgo, Rusia. La escena, que debería haber estado llena de risas y chapoteos, se tiñó de angustia y desesperación.
Según testigos presenciales, el padre de Gleb, ignorando las repetidas advertencias del personal del parque, se encontraba con su hijo en una zona claramente señalizada como prohibida, justo al pie de uno de los toboganes más grandes del recinto. A pesar de las reiteradas llamadas de atención de los socorristas, quienes le indicaban el peligro que representaba permanecer en ese lugar, el padre hizo caso omiso, inconsciente de la tragedia que estaba a punto de desencadenarse.
En un instante, la despreocupada diversión se convirtió en horror. Una mujer, descendiendo a gran velocidad por el tobogán, impactó violentamente contra el pequeño Gleb, quien se encontraba jugando desprevenidamente con su padre. El impacto fue brutal. La fuerza del choque lanzó al niño hacia atrás, dejándolo inmóvil en el suelo. El grito desgarrador del padre resonó en todo el parque, alertando a los demás visitantes de la tragedia que se acababa de consumar.
De inmediato, los socorristas del parque acudieron al lugar del accidente. Con la rapidez que la situación demandaba, brindaron los primeros auxilios al pequeño Gleb, quien yacía inconsciente. La escena era desgarradora. El padre, abrumado por la culpa y la desesperación, observaba impotente mientras los paramédicos se esforzaban por estabilizar a su hijo.
Trasladado de urgencia al hospital más cercano, Gleb fue diagnosticado con una ruptura del lóbulo izquierdo del hígado y un severo sangrado interno en la cavidad abdominal. Su estado es crítico. Los médicos luchan contrarreloj para salvar su vida, mientras el pequeño permanece en la unidad de cuidados intensivos, conectado a un respirador artificial.
Este trágico accidente ha conmocionado a la comunidad de San Petersburgo y ha reabierto el debate sobre la seguridad en los parques acuáticos. Las autoridades han iniciado una investigación para determinar las responsabilidades en este lamentable suceso, mientras la familia de Gleb se aferra a la esperanza de un milagro. La imprudencia del padre, que desoyó las advertencias del personal del parque, ha tenido consecuencias devastadoras, dejando una profunda cicatriz en la vida de esta familia y poniendo en evidencia la importancia de respetar las normas de seguridad en estos espacios de recreación. Ahora, solo queda esperar y rezar para que Gleb pueda superar esta difícil prueba y volver a sonreír. Mientras tanto, la sombra de la tragedia se cierne sobre el parque acuático, recordándonos la fragilidad de la vida y la importancia de la prudencia en todo momento.
Fuente: El Heraldo de México